Cuando toca hablar de los mejores deportivos de los años 80 lo primero que se me viene a la cabeza es el Ferrari F40 y el Porsche 959, dos coches que llevaron los deportivos a un nuevo nivel, el de los superdeportivos. Pero para entender su desarrollo y su nacimiento, tenemos que analizar qué pasó en los 80, qué fue lo que permitió dar ese salto espectacular en términos de tecnología y altas prestaciones.
Sin duda, los años 80 estuvieron marcados por la competición y en particular por el Grupo B de rally, una competición que nació en 1982 y que revolucionó las altas prestaciones añadiendo dos elementos que serían clave en el futuro de los superdeportivos: la tracción integral y los motores sobrealimentados.
Por supuesto, los años 80 también fueron una auténtica revolución en lo estético: genios como Marcello Gandini o Giorgetto Giugiaro apostaron por las líneas rectas y contundentes, afiladas para impresionar a todos los niveles. Los superdeportivos de los 80 tenían que tener dos cosas claras: altas prestaciones y espectacularidad estética.
Después, en los años 90 y ya en el Siglo XXI los fabricantes apostaron por mejorar la eficacia, la calidad de fabricación o incluso la versatilidad, pero los mejores deportivos de los años 80 solo tienen en común dos cosas: altas prestaciones y espectacularidad estética. Y si no me crees, echa un vistazo a los coches que te presento a continuación.
Los mejores deportivos de los años 80
Ferrari F40
Elegir los mejores deportivos de los 80 no es fácil pero lo que tengo claro es que el Ferrari F40 es el mejor. Sin duda, fue un hito tecnológico y una demostración del poder de Ferrari. Fue la culminación de la vida de Enzo Ferrari, un coche con el que se celebraban los 40 años de la compañía y en el cual se decidió llevar a la calle toda la tecnología derivada en el mundo de la competición: uno de los mejores Ferrari de la historia.
El Ferrari F40 se desarrolló en tiempo récord y contaba con muchos elementos del mundo de las carreras, como por ejemplo el chasis monocasco o la utilización de materiales ligeros como la fibra de carbono o el kevlar. Su desarrollo técnico fue encargado a Nicola Materazzi y este utilizó elementos tomados del 288 GTO.
Y sí, incluso en el Ferrari F40 el Grupo B de rally tuvo algo que ver. El Ferrari 288 GTO era la versión de calle homologada que la marca italiana había preparado para competir en el Grupo B, un coche con un motor sobrealimentado explosivo. Finalmente Ferrari no participó en los rally pero su tecnología fue la base para el desarrollo del motor del F40.
El V8 bi-turbo es la seña de identidad del coche, por su comportamiento salvaje e indómito. Rendía 476 CV y su conducción era tan exigente como la de un monoplaza de la escudería, sin ninguna ayuda electrónica. El Ferrari F40 fue un impacto y tal fue su éxito, que obligó a la marca a fabricar más de 1.300 ejemplares. Se convirtió en un icono del automóvil y llevó a Ferrari aún más arriba. Sin duda, uno de los mejores deportivos de los años 80 y de toda la historia.
Porsche 959
El rival del Ferrari F40 era el Porsche 959 y sin duda, también debe estar en esta lista. Y como el F40, su germen también empezó en el Grupo B de rallys. En 1981 arrancó un proyecto que llevaría a Porsche a trabajar en él durante prácticamente toda la década: el último 959 se fabricó en 1988, por lo que se puede decir que es el deportivo de los años 80 por excelencia en la marca alemana.
El objetivo era crear un coche eficaz en los circuitos y para ello, Porsche sí apostó desde el primer momento por la incipiente tracción integral. Consideraban que sería el factor determinante para mejorar la tracción y el comportamiento dinámico. Además, también contaba con un motor de seis cilindros bóxer sobrealimentado. El coche de rallys no llegó a participar en el Grupo B pero el Porsche 959 se convirtió en un deportivo clave en los 80.
Con 450 CV y un sistema de tracción integral con un embrague multidisco y un reparto de par capaz de llevar el 40% al eje delantero, el Porsche 959 fue el coche más eficaz de su tiempo. Menos temperamental que el F40, ambos modelos compitieron sanamente: el F40 era puro nervio y su diseño cautivó. El Porsche 959 era más conservador y su comportamiento era más preciso y eficaz, pero menos emocionante.
El desarrollo del Porsche 959 fue largo y tedioso, el precio final de los coches se disparó y solo fabricaron 337 ejemplares: la marca perdía una fortuna con cada coche. Afortunadamente, toda la tecnología utilizada en el 959 se derivó más tarde a la gama 911, incluyendo los motores turboalimentados y, sobretodo, la tracción integral. De ahí, su importancia dentro de la marca.
Lamborghini Countach
El Lamborghini Countach fue desarrollado en los años 70 y lanzado al mercado en 1976, pero sin duda, podemos considerarlo como uno de los mejores deportivos de los años 80, ya que fue entonces cuando de verdad triunfó. El Lamborghini Countach no era tan avanzado como los dos coches que ya te he enseñado, pero es un bólido que cumple a la perfección con lo que te he comentado antes: altas prestaciones y un diseño alucinante.
Para muchos es el diseño más espectacular de Marcello Gandini (personalmente me quedo el Lamborghini Miura), con unas líneas afiladas y angulosas que dan miedo. Es agresivo, quizás hasta demasiado, y estaba pensado para causar un impacto visual tremendo. Fue el sucesor del Miura, más elegante y refinado, y su carácter era más explosivo.
Era un automóvil ligero, gracias a su construcción en aluminio y fibra de vidrio, su comportamiento era muy deportivo y bajo el capó contaba con un motor V12 de cinco litros capado a 375 CV para mejorar su fiabilidad. El motor poco a poco se fue evolucionando hasta alcanzar los 455 CV de las versiones más potentes.
El Countach es un símbolo de los años 80 y del diseño afilado y anguloso que muchas marcas siguieron a pies juntillas, ¿o acaso crees que el Ferrari Testarossa es casualidad? Fue un impacto estético brutal, tanto que Nucio Bertone, cuando vio el diseño de Gandini, espetó un «Countach!», que el dialecto piamontés se utiliza como una exclamación de asombro. Ese fue su nombre final y es uno de los poquísimos Lamborghini que no usan el nombre de un toro famoso.
Audi Sport Quattro
No podía faltar un representante del Grupo B de rally y he elegido el Audi Sport Quattro. Hay otros nombres míticos como los Lancia 037, el Delta o el Peugeot 205 T16 pero creo que el Audi Sport Quattro es un coche que marcó un punto de inflexión en la marca de los cuatro aros. ¡Y no, no tenía carrocería familiar para ser uno de los mejores Audi de la historia!
El Audi Sport Quattro es la versión homologada para la calle del Audi Quattro S1 del Grupo B. Solo se fabricaron 164 ejemplares para poder homologar el vehículo y sin duda fue un coche apasionante por sus avances técnicos. El principal fue su tracción integral Quattro, con la cual consiguió dominar las dos primeras temporadas frente al Lancia 037, probablemente más avanzado a nivel dinámico pero con tracción trasera.
El Audi Sport Quattro de calle contaba con muchos elementos del coche de competición. Su motor de cinco cilindros turbo alcanzaba los 306 CV, una cifra espectacular para un coche de calle de la época. Eso sí, era un motor explosivo, con muy pocos bajos y una entrada contundente de los turbos.
Es uno de los mejores deportivos de los años 80 por lo que significó. Audi siguió desarrollando la tracción Quattro y se convirtió en un icono de la marca. Le dio tanta imagen de marca segura, fiable y de calidad, que con el paso de los años Audi creció hasta convertirse en la marca que es hoy. Los Audi Sport actuales le deben todo a este pequeño matón.
BMW M3 E30
Y no podía terminar la lista de los mejores deportivos de los 80 sin el BMW M3, el primero, el pionero y uno de los más queridos. El BMW M3 E30 nació con el objetivo de crear un coche deportivo, relativamente barato, potente y muy eficaz, para satisfacer la creciente demanda de vehículos emocionantes. Y sí, ahí la popularidad de la competición del motor, tanto en los rally como en el campeonato de turismos en Alemania fue clave para su lanzamiento.
El protagonista del BMW M3 E30 era su motor S14, con seis cilindros en línea, 16 válvulas y doble árbol de levas. Producía 200 CV y gracias a su bajo peso y agilidad, conseguía unas prestaciones y un comportamiento de primer nivel. Poco a poco el coche fue evolucionando en nuevas versiones cada vez más deportivas, potentes (hasta 241 CV) y eficaces, convirtiéndose en todo un éxito para la marca.
Un año antes, Mercedes había presentado el 190e 2.3 16v, con un motor desarrollado por Cosworth con 185 CV. Esa rivalidad entre Mercedes y BMW empezó en los años 80, se trasladó al DTM y ha llegado hasta nuestros días en plena vigencia: tanto el Mercedes-AMG C63 como el BMW M3 son los fieles sucesores de esa saga que sigue siendo plenamente popular más de 30 años después.
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Hasta los 8 años me encantaban los trenes, pero como por mi pueblo no pasaban, decidí cambiar mi pasión hacia los coches. Hoy, sin saber muy bien cómo, llevo 7 años dedicándome al periodismo del motor y disfruto probando cualquier cosa que tenga ruedas. Si es italiana y hace ruido, mejor que mejor.