Hoy os vamos a contar 5 cosas buenas del Toyota C-HR y 1 mala. Este SUV coupé japonés es un coche que, sin ningún tipo de duda, resulta muy atractivo a la vista. Toyota ha conseguido un coche que por todo lo que representa se está convirtiendo en un éxito. Los rivales del Toyota C-HR lo tienen muy pero que muy complicado para hacerle la competencia en un mercado del que se quiere hacer el dueño.
Nos hemos subido a él en la prueba del Toyota C-HR GR Sport Black Edition 2021 y hemos podido sacar conclusiones que a continuación os contamos. En lo que respecta a coche híbridos la marca pone el listón muy alto y poco hay que hacer contra ellos. Pero, ¿es todo tan bueno? ¿Hay alguna sombra? Sigue leyendo porque después de nuestra experiencia personal te voy a mostrar 5 cosas buenas del Toyota C-HR y 1 mala.
5 cosas buenas del Toyota C-HR y 1 mala
- Diseño 👍
- Sistema de audio 👍
- Manejo del control de crucero 👍
- Asientos 👍
- Funcionamiento del sistema híbrido 👍
- Cierre del maletero 👎
Diseño
Es innegable que lo primero que llama la atención de este SUV de Toyota es su diseño. Todo en él transmite una sensación de deportividad impropia de este concepto de vehículos. A ello contribuyen sus musculosos paragolpes, los juegos con los colores en algunas unidades como la de nuestra prueba o la caída del techo en la parte trasera. Este detalle es quizás el que más llama la atención. Le da al coche ese ‘rollo’ coupé que lo diferencia de otros SUV de su tamaño.
Sistema de audio
Nos encanta que las marcas incorporen en sus coches sistemas de audio de marcas reconocidas. Esto cada vez sucede más y es de agradecer. En el caso del Toyota C-HR equipa un sistema de audio de la marca JBL que suena de lujo. Un detalle que le da al coche un plus de calidad, ya que hasta hace poco parecía que importaba más la cantidad de altavoces que la calidad de sonido.
Manejo del control de crucero
El manejo del control de crucero es algo que no está estandarizado entre las marcas de automóviles. Hay coches en los que se maneja a través del volante, otros en una palanca a la izquierda, otros a la derecha, etc. Es un lio, pero lo importante es que sea cómodo. En este caso lo es: se maneja a través de un apéndice a la parte baja derecha del volante. Puede parecer un sitio raro, pero cuando llevas un tiempo usándolo ves que es muy cómodo e intuitivo ya que su posición es perfecta.
Asientos
Otra de las cosas buenas del Toyota C-HR son sus asientos. Estos son muy cómodos, de lo mejorcito que hemos probado últimamente. Tienen mucho agarre lateral y además, en la unidad probada, a parte de tener piel vuelta y símil de cuero, los asientos delanteros son calefactables en tres posiciones y tienen regulación eléctrica.
Funcionamiento del sistema híbrido
El funcionamiento del sistema híbrido de Toyota es impresionante. Los japoneses no tienen rival en este apartado. El momento en el que entra en funcionamiento el motor de combustión apenas se aprecia. El tacto de los pedales está muy bien conseguido y esto sí que lo diferencia, ya que en sus rivales no es tan bueno. Pero lo que más llama la atención es el cambio. Es CVT de variador continuo, y pese a que este tipo de cambios sin marchas no tiene un funcionamiento óptimo cuando se intenta exprimir el coche, en Toyota lo han clavado.
¿Lo malo? Su sistema de cierre del maletero
Poniéndonos un poco tiquismiquis podemos decir que esta es la parte mala del Toyota C-HR. Su sistema de cierre del maletero es un tanto raro. No lleva sistema eléctrico, por lo tanto hay que cerrarlo a mano. Y aquí llega la nota negativa. Tan solo tiene una agarradera a un lado y esta tiene un diseño que hace que tengamos que agarrarnos con la mano hacia atrás. Un poco raro y nada ergonómico este sistema. Por lo menos se hubiesen agradecido dos agarraderas. Pero bueno, que todo lo malo sea esto.
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Siendo niño devoraba las revistas de coches que mi padre compraba cada semana. No podía imaginar que con los años tendría la oportunidad y el privilegio de escribir sobre ellos. Profesionalmente he cogido muchas curvas que he trazado de forma firme, asumiendo riesgos que me han llevado a metas insospechadas. ¿Quién dijo miedo?