El primer Lexus ni siquiera tenía nombre cuando ‘nació’

¿Cuál fue el primer Lexus y cuándo llegó al mercado? La compañía japonesa, filial de lujo de Toyota, ya está bastante asentada en el mercado. Quizá (bueno, seguro) en España todavía no ha alcanzado el estatus social del que goza en otros territorios como Estados Unidos o el propio Japón. Sin embargo, sus coches merecen una consideración a la altura de los tres premium alemanes que todos conocemos: Audi, BMW y Mercedes.La historia de esta marca es relativamente moderna y comenzó con el Lexus LS 400, una berlina de representación que se convirtió en lo más deseado del momento por muchos. Pero, ¿sabías que cuando el modelo ya estaba terminado ni siquiera tenía un nombre al que agarrarse? Apuesto a que incluso te sorprendería cómo se estaban planteando llamar al primer Lexus en el seno de la empresa.

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El primer Lexus, el Lexus LS 400… pero no desde el principio

A lo mejor el primer Lexus de la historia no merece que paguen por él 2 millones de dólares como costó este LC Cabrio. Pero lo que no admite discusión es que se trata de un pedazo de la historia de la automoción reciente. Todo comenzó en mayo de 1987, cuando los mandamases de Toyota dieron luz verde al diseño de este coche. ¿Su nombre en clave? No lo hubieras adivinado jamás: se le conocía como F1.

Poco tenía que ver, en cualquier caso, el Lexus LS 400 con un coche de Fórmula 1. El nombre definitivo se le dio a conocer en el Salón de Detroit dos años más tarde. Me parece curioso, no obstante, que ese fuese solo su nombre para las unidades importadas. Y es que dentro de Japón a esta berlina de lujo se le conoció como Toyota Celsior, ya que se seguía comercializándose bajo el paraguas de la popular marca nipona, y no bajo el de su distinguida filial.

A pesar de que en un primer momento no parezca que este primer Lexus tuvo a la aerodinámica como una de sus obsesiones, así fue. Sus formas cuadradas esconden un coeficiente aerodinámico de 0,28 Cx, frente a los Mercedes y BMW coetáneos, de entre 0,32 y 0,37 Cx. Quién lo iba a imaginar. Además, tenía un motorazo. Un V8 4.0 atmosférico de código 1UZ-FE que desarrollaba 250 CV de potencia y un par motor máximo de 353 Nm.

Las prestaciones, unidas a una caja de cambios automática de cuatro velocidades, no eran nada malas. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y podía llegar hasta los 250 km/h. En 16 meses de desarrollo se construyeron 14 modelos a escala para que estos pudieran ser probados a fondo en el túnel del viento. De esta manera se sublimó el concepto de refinamiento. Todo el Lexus LS 400 que saliese de la planta de producción tenía que ser sencillamente perfecto.

Pero lo que realmente hacía especial al primer Lexus era su calidad de fabricación. 24 tipos de madera diferentes para el habitáculo, unas agujas de la instrumentación que se iluminaban como un sable láser, una comodidad en marcha de sobresaliente… A modo de referencia, los de marketing de Lexus consideraron las prestaciones solo como el cuarto aspecto más importante del coche. Y montando un V8, eso es mucho decir. Ahora bien, lo mejor fue su precio de partida: tan solo unos 35.000 dólares (unos 32.000 euros al cambio) que trajeron de cabeza a muchos alemanes en su época. ¡Qué cochazo!

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