Hoy os contamos la historia del Citroën Xsara, un modelo que nació con el propósito de sustituir al exitoso Citroën ZX. Su posición en la gama era la misma que la del modelo al que reemplazaba, ocupando el espacio de mercado entre el Saxo y el Xantia. Fue una apuesta decidida de la marca francesa, que lo publicitaba con eslóganes como “llegó el momento de ver a Citroën con otros ojos”. Este compacto compartía escenario con otros grandes púgiles, como el Renault Mégane, el VW Golf, el Opel Astra o el recién estrenado Ford Focus.
Todos sus rivales estrenaron importantes novedades técnicas, como por ejemplo la suspensión trasera de paralelogramo deformable del Ford Focus, que lo convirtió en uno de los más estables de la categoría. Sin embargo, nuestro protagonista poseía un eje torsional también independiente que contaba, además, con efecto autodireccional. El salto de calidad en los compactos se vivió muy marcadamente en la entrada al siglo XXI.
Historia del Citroën Xsara: así fue su desarrollo
La historia del Citroën Xsara se inició en 1997, cuando llegó al mercado para situarse en la categoría de los compactos. Con una longitud de poco más de 4 metros de largo, contó en su gama con carrocerías de 5 puertas, 3 puertas y familiar, e incluso de este último derivó un monovolumen, el Xsara Picasso. Como dato curioso, en la carrocería de 3 y 5 puertas poseía un pequeño tercer volumen que le otorgaba unos litros más de maletero con respecto al ZX y en comparación con los Golf o Focus.
El Xsara tenía un gran reto por delante, ya que el Citroën ZX fue un éxito inmediato y superar sus cifras no era tarea fácil. Y es que el famoso coche “nacido campeón” llegó pisando fuerte en su día, cosa que le podría poner las cosas difíciles al Xsara. Pese a la dificultad cumplió de largo las expectativas, llegando a ser todo un superventas. Así, lideró las ventas en su segmento durante 4 años (2000-2003).
Según Pierre Bessis, desarrollador del nombre del Xsara y de otros muchos nombres dentro de la automoción, es femenino porque evoca a una reina de Babilonia. Por su parte, la letra X es heredada de otros muchos modelos y denota tecnología. Por lo que respecta a su diseño, se puede clasificar como una mezcla entre el prototipo Xanae (del que nació el Xsara Picasso) y el Citroën Activa. Es un diseño poco transgresor pero atractivo, que ha envejecido bien para el tiempo que ha pasado. El Xsara tenía que cumplir muchas promesas y en HolyCars nos encanta poder decir que las cumplió sobradamente.
Motores del Citroën Xsara
La gama de motores del Citroën Xsara fue muy completa, y bajo el capó se montaron propulsores de todo tipo. La primera fase en gasolina partía del motor 1.4 de 75 CV, pasando por el 1.6 de 90, el 1.8 de 103 y 112 y llegando al tope de gama, el famosísimo motor RFS 2.0 de 167 CV. En diésel la gama se estableció en los bloques 1.9d de 70 CV, 1.9 td de 90 y el más moderno, el 2.0 HDi de 90 CV. Este último es archiconocido por ser uno de los motores más fiables del grupo PSA.
Con la segunda fase los motores gasolina evolucionaron, pasando el 1.6 a ser de 16 válvulas y contar con 110 CV. Además, también se añadió otro motor de tinte deportivo, el 2.0 de 137 CV. Por su parte, en diésel finalizó la comercialización de los motores de inyección indirecta (1.9D y TD) y el citado HDi sumó una versión de 110 CV. Con la tercera fase vinieron cambios estéticos, pero la gama de motorizaciones quedó intacta.
La historia del Citroën Xsara es la historia de un éxito inmediato
Las campañas publicitarias de la época fueron responsables del éxito del Citroën Xsara, que contaba con grandes promociones. Pero también tuvo parte de culpa Claudia Schiffer, la top model de moda en aquella época que se convirtió en la imagen publicitaria del Xsara.
Sea como sea, el coche se vendió como churros gracias a su polivalencia, a sus potentes motores, a su buen bastidor (incluso superior al de sus rivales) o a su avanzada tecnología. No en vano, el Xsara ya podía equipar ESP, control de crucero o airbags de cortina. Además, si profundizamos un poco en la historia del Citroën Xsara veremos que también tuvo versión con Start-Stop e incluso una versión híbrida… pero de esto ya hablaremos en otro momento.
Así pues, el Citroën Xsara sigue siendo para muchos a día de hoy el mejor coche que ha fabricado Citroën en la era moderna. Era fiable, divertido, eficaz, barato y además, la estética de todas las fases eran atractivas. Eso sí, para mí la mejor siempre será la fase 1. ¿Cuál es tu favorita?
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En el mundo del motor desde que tengo uso de razón. Estudio periodismo por el gusto de investigar, leer y escribir sobre todo lo que tenga que ver con el mundo automovilístico.