Es evidente que en un momento de crisis sanitaria como la que estamos viviendo las averías que el coronavirus pueda provocar en nuestro coche pasan a un nivel de importancia secundario, pero lo cierto es que pueden suponer un quebradero de cabeza (otro más) para todos aquellos que tengan que reincorporarse a su trabajo tras haber pasado la cuarentena.
Es evidente que dejar nuestro vehículo dos meses parado por culpa del coronavirus puede provocar averías importantes, pero también es cierto que realizando un mantenimiento mínimo -siempre que sea posible- podemos evitarnos tener que pasar por el taller cuando todo esto acabe.
Los factores de riesgo para nuestro coche son, fundamentalmente, estar aparcado en la calle, haber estado más de 15 días sin arrancar, montar unos neumáticos antiguos o desgastados y tener una edad avanzada (unos 10 años). Si tu coche cumple todas esas condiciones es bastante probable que te toque enfrentarte a algunas de las averías que el coronavirus (o mejor dicho, su cuarentena) le habrá ocasionado. A continuación las repasamos:
Averías provocadas por la cuarentena del coronavirus
- Se te gastará la batería
- Se deteriorará la pintura
- Los neumáticos perderán presión
- Los líquidos perderán sus propiedades
- El aire acondicionado puede dejar de funcionar
- Se saturará el filtro de partículas
- Los sistemas electrónicos fallarán
Se te gastará la batería
Este será, sin duda alguna, una de las averías derivadas del coronavirus más frecuentes. Las baterías son un elemento fundamental para el arranque y en funcionamiento de nuestro vehículo, y para recargarlas de forma automática basta con simplemente hacer algunos kilómetros. Pero claro, en pleno confinamiento resulta imposible mover el coche… por lo que la batería poco a poco se irá descargando ya que incluso con el coche apagado los sistemas auxiliares se alimentan de ella.
Si hemos sido previsores, al inicio del confinamiento la habremos desconectado para evitar su descarga. Si no, una de las soluciones más efectivas es arrancar el coche cada 10 días y dejarlo en marcha un cuarto de hora. Esto es especialmente necesario en vehículos antiguos o baterías que se acerquen al final de su vida útil, en cuyo caso deberíamos realizar esta operación una vez por semana.
Si no podemos desconectarla ni arrancar el coche, tras dos meses inactiva lo más probable es que se haya descargado. Si esto sucede notarás que el motor de arranque no tiene fuerza, y te tocará arrancar el coche con las pinzas o con un arrancador. Una vez en marcha, circula un buen rato para comprobar si poco a poco se va recargando sola. Si no… tocará cambiarla, aunque afortunadamente no es una reparación muy cara (probablemente menos de 100 €, aunque depende mucho del coche y el tipo de batería).
Se deteriorará la pintura
Tal vez esta sea una de las averías provocada por la crisis del coronavirus menos habitual. Básicamente porque depende de un factor fundamental: si aparcas en coche en la calle o en un garaje, ya sea privado o público. Si tu coche duerme protegido no te preocupes, puedes ir directamente al siguiente paso. Pero si duerme en la calle el riesgo es mayor, ya que está expuesto a las inclemencias del tiempo y otros factores.
El frío, el calor, la exposición prolongada al sol o incluso el granizo pueden deteriorar el estado de la pintura. Y ya no hablemos de los más que probables excrementos de pájaro, que deterioran mucho la pintura. Sea como sea, incluso en el peor de los casos las consecuencias no deberían ser catastróficas, porque aunque la cuarentena se nos haga interminable en términos generales dos meses no es tanto para un vehículo.
Con realizar un buen lavado tras el confinamiento debería resultar suficiente, aunque tal vez haya que aplicar algún producto específico si alguna zona se ha deteriorado especialmente, y también deberás revisar si las entradas de aire por si se han llenado de hojas o polen.
Los neumáticos perderán presión
Junto con la descarga de la batería, esta es otra de las averías más frecuentes por el coronavirus. Aunque realmente no sé si llamarla avería, porque lo más probable es que con inflar los neumáticos y situarlos en sus presiones correctas sea suficiente. Como es evidente, también dependerá del estado general de los neumáticos, su antigüedad y la presión que tuvieran justo antes de iniciar la cuarentena.
En el peor de los casos los neumáticos sufrirán una pequeña deformación, pero con casi total probabilidad con tan solo realizar unos kilómetros desaparecerá. Si estaban ya en las últimas tal vez este haya sido su golpe de gracia, en cuyo caso te tocará cambiarlos.
Los líquidos perderán sus propiedades
Con líquidos no me refiero a la gasolina (es recomendable tener el depósito a la mitad o incluso algo más para evitar su deterioro) sino al resto de líquidos del vehículo: aceite, líquido de frenos, anticongelante, líquido del limpiaparabrisas…
Como en el resto de averías que la cuarentena puede ocasionar, esto dependerá mucho de su estado previo, así como del estado de los conductos, manguitos y demás. Vamos, que tu coche seguirá frenando y el motor no se sobrecalentará ni le faltará lubricación, pero es recomendable echar un vistazo a los niveles antes de iniciar la marcha para evitar sustos. Si detectas cualquier problema en este sentido durante la marcha, para inmediatamente y revisa el estado de los circuitos o las bombas de combustible o de agua, ya que pueden haberse averiado.
Por lo que respecta al líquido del limparabrisas, este podría llegar a evaporarse en parte y provocar una disminución de su nivel total, aunque resulta poco probable. Lo que sí es recomendable es comprobar el estado de las escobillas, ya que las inclemencias del tiempo las pueden haber pegado al cristal o deteriorado el estado de la goma. Cambiarlas te costará unos 10-15 euros.
El aire acondicionado puede dejar de funcionar
A ver, que no cunda el pánico. No será una de las averías derivadas del coronavirus más frecuentes, porque el circuito del aire acondicionado es completamente estanco y dos meses resultan muy poco tiempo para que el gas pueda llegar a perder propiedades.
Por lo tanto, si no es porque tengas alguna pequeña fuga que se vea acentuada por la falta de uso del sistema de climatización, lo normal es que todo vuelva a funcionar con normalidad tras la cuarentena. Eso sí, si se produce algún fallo en el aire acondicionado y no es por falta de gas lo más probable es que la avería venga provocada por algún componente electrónico.
Se saturará el filtro de partículas
Este problema solo afecta a los vehículos diésel, pero puede ser bastante habitual. Básicamente porque es algo que le puede ocurrir a un motor diésel que no circula pero también a uno que circula tan solo realizando trayectos cortos. Para evitar que se produzca este problema resulta recomendable dejar que el motor se caliente adecuadamente y circular con marchas cortas, para así revolucionar el motor y conseguir que los gases de escape trabajen a la temperatura correcta.
Si no fuera posible realizar ningún trayecto siempre será mejor hacerlo en parado que no hacerlo, pero al loro con acelerar el coche en espacios cerrados… a ver si por tratar de evitar una avería derivada del coronavirus nos vamos a intoxicar.
Los sistemas electrónicos fallarán
En efecto, algunos sistemas electrónicos de los coches pueden fallar tras un tiempo prolongado de inactividad, especialmente en los coches ya entrados en años. Pero no te preocupes, esta no debería ser una de las averías más comunes provocadas por la cuarentena. Eso sí, si se descarga de la batería es posible que algunos sistemas como el ordenador de a bordo o la radio se desconfiguren, por lo que te tocará reiniciarlos.
Una buena forma de evitar el fallo de estos sistemas -elevalunas, retrovisores, etc.- es activarlos cada vez que arranquemos el coche. Si no fuera posible, habrá que comprobar su estado una vez termine la cuarentena, aunque lo más probable es que funcionen sin mayor problema.
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Mis padres dicen que cuando era pequeño me aprendí antes las marcas de coches que la tabla del 1. Ahora me sé todas las marcas, pero si sumo 2+2 me da decimal. Los coches son mi pasión, mi sueño era probarlos y escribir sobre ellos algún día… y aquí estoy. Aunque bueno, también me gusta la pizza y no ando escribiendo de ella por ahí.