Reconozco que no me esperaba un producto tan bueno antes de hacer la prueba del Toyota RAV4 Hybrid 2021. Después de meterle mano he podido comprobar que se trata de uno de los mejores SUV compactos que hay a la venta en este momento. Un coche de referencia, independientemente de si hablamos de modelos generalistas o premium. Lo hace prácticamente todo bien, y eso es lo que te voy a contar en esta prueba.
Pero antes, déjame contarte un poco sobre este análisis del Toyota RAV4 híbrido. La versión que hemos tenido entre manos es la híbrida no enchufable, es decir, autorrecargable. Cuenta con la etiqueta ECO de la DGT y, sinceramente, se nota que la firma japonesa tiene tablas en esto de fabricar coches híbridos. No se me ocurre ninguno con un funcionamiento tan bien integrado: el único que se le acerca es el de nuestra prueba del Ford Kuga FHEV 2021, uno de sus principales rivales. Pero me dejo de rollos y entro en materia.
Prueba del Toyota RAV4 Hybrid 2021
Un aspecto robusto y a la vez atractivo
El diseño del nuevo RAV4 es de lo más llamativo, con unas formas que destacan por su robustez, se le ve un coche fuerte, con personalidad. Y es que cuenta con un aspecto muy cuadradote. Quizá sea esa una de las claves por las que gusta tanto. El morro es largo y la parrilla grande. Por su parte, las ópticas delanteras son finas y bastante discretas. Lógicamente, cuenta con las típicas protecciones plásticas inferiores de todo SUV.
Pero si por algo llama la atención es por lo marcado de sus aristas, tiene unas líneas de tensión muy definidas tanto en los paragolpes como en el capó. Su perfil, al contrario que la mayoría, es cóncavo, y no convexo. Esto lo vimos también en nuestra prueba del Hyundai Tucson 2021. Los pasos de rueda también son cuadrados y si os fijáis, los delanteros marcan el inicio de su línea de cintura, que es ascendente hacia el pilar C.
En cualquier caso, el conjunto es grande, con 4,60 m de longitud, 1,86 m de anchura y 1,69 m de altura. La distancia entre ejes es de 2,69 m, por cierto. Me gusta mucho que se ofrezca con techo bicolor, aunque no sea el caso de nuestra unidad de pruebas. No es muy común en su segmento.
Mientras tanto, la zaga sigue la tendencia de formas poligonales del resto del vehículo, y sus faros, que son horizontales y se adentran en el portón del maletero, están unidos mediante una moldura cromada. Una ‘americanada’ que no le queda mal. Los bajos protegidos ya son comunes, pero lo que no lo es tanto es contar con dos salidas de escape estándar. ¡Muy bien!
Interiores mejores hechos que este, pocos
Por dentro, me atrevo a decir que el único SUV de este tamaño que está a su nivel de calidad es el de nuestra prueba del Mercedes GLC 220d. Sus superficies no son solo gomosas, sino mullidas y agradables. Tiene muchísima calidad. Muchísima. Además, está bien construido, ya que no hay nada que se mueva. Los ajustes son sobresalientes y estoy seguro de que aguantará muy bien el paso del tiempo. Está hecho para durar.
Solo hay plásticos duros en las zonas más bajas, como en prácticamente todos los coches, y están también cuidados por diseño y por tacto. La pantalla táctil multimedia está en una zona en la que se ve muy bien, y tiene conectividad con Android Auto y Apple CarPlay. Además, en sus marcos tiene acceso directo a través de mandos físicos a las diferentes funciones, así como al control del volumen del sistema del audio. Eso sí, el sistema se ve un poco anticuado y su funcionamiento es algo lento.
Bajando un poco están los aireadores y los propios controles de la climatización. No niego que hay mucho botón, pero prefiero esto antes de que esté todo aglutinado en una pantalla. Delante del pomo del cambio de marchas hay un hueco para el móvil y tiene carga inalámbrica, mientras que a su izquierda están los botones de los modos de conducción.
El cuero del volante tiene muy buen tacto y la botonera está muy clara. La instrumentación tiene dos diales, uno a la izquierda que indica la gestión del sistema eléctrico y a la derecha el de la velocidad. El pequeño display del ordenador de a bordo, que está entre ambos, permite verlo todo, y la navegación entre sus menús me ha resultado muy sencilla e intuitiva.
Por otro lado, los asientos son muy cómodos y están forrados en cuero. Eso sí, no son muy deportivos, pero tampoco lo pretenden. Además, tienen regulación eléctrica (solo el del conductor, eso sí) y son calefactables, que me parece un puntazo. Los huecos son todos bastante grandes: puertas, reposabrazos central, guantera convencional…
Un espacio superlativo tanto detrás como en el maletero
Como en casi cualqueier modelo de esta categoría la apertura de la puerta para acceder a las plazas traseras es muy generosa, pero en este destaca especialmente el hueco que ofrece. Vaya, que entrar es pan comido y además resulta muy útil si tienes niños y tienes que andar montando y desmontando sillitas de retención infantil. Una vez dentro, sobra amplitud. Y cuando digo que sobra es que sobra, porque quedan perfectamente unos 20 centímetros de espacio para las piernas y unos 10 para la cabeza.
Pero no se acaba ahí la cosa, no. Las plazas traseras son igual de cómodas que las delanteras, el túnel de transmisión no molesta demasiado y además resulta apto para que viajen tres personas gracias a su gran anchura. Eso sí, la plaza central no es tan cómoda… pero no se puede tener todo. En cuanto a equipamiento, disponemos de dos puertos USB y de dos salidas de climatización. Y si nos fijamos en el maletero del Toyota RAV4, pues también sorprende positivamente. Apertura y cierre eléctrico, 580 litros de capacidad y una boca de carga amplia. Todo ello se combina con una superficie de carga bastante alta y con los típicos ganchos y argollas que nos facilitan la carga de objetos. ¡Fantástico!
Prueba del Toyota RAV4 Hybrid 2021: ¡al volante!
Y justo aquí tenía yo ganas de llegar, a la conducción. El Toyota RAV4 me parece la sublimación de los coches híbridos. Sin duda es el mejor, y en eso tiene mucho que ver la experiencia de la firma japonesa en este tipo de motorizaciones. Pero, ¿por qué digo que es el mejor? Te cuento. En donde realmente se nota la buena integración de la electrificación, cuya mecánica alcanza los 120 CV, es en su motor de combustión.
Estamos ante un bloque 2.5 de gasolina con 177 CV que presume, sobre todo, de la suavidad de su funcionamiento. La entrada en acción y parada de su sistema eléctrico es casi imperceptible y la realidad es que se conduce como un coche normal. Y otro punto muy destacable en el que se le nota trabajado es su consumo, con una media homologada de 5,7 l/100 km según el ciclo WLTP y la cual se cumple a velocidades legales. Hasta se puede bajar.
Un aspecto igualmente a aplaudir es el de su caja automática CVT. No soy precisamente un amante de este tipo de transmisiones, pero nada más iniciar la marcha te das cuenta de lo bien que funciona y lo suave que va. Ya sabes que al tratarse de un ‘cambio’ de variador continuo no tiene marchas, es como el de una moto scooter. Esto provoca que, al pisar el acelerador, el motor térmico se revolucione mucho.
En este sentido, los ingenieros se han cuidado mucho de que no pase, y lo han conseguido. Solo escucharás ruido si pisas a fondo… como ocurre con cualquier otro tipo de cambio. Y con una carga baja de acelerador es súper silencioso. Coches como el de nuestra prueba del Subaru Forester Eco-Hybrid no pueden presumir de lo mismo, y además consumen más.
Lo que no entiendo muy bien es que se simulen las marchas y se pueda ‘cambiar’ manualmente a través del pomo. No tiene mucho sentido en un coche cuyo planteamiento es ser cómodo y aplomado, como es este por comportamiento y suspensión. Eso sí, como imaginarás, no le hace falta más fuerza.
Conjuntamente son unos 220 CV que salen a relucir sobre todo en el modo Sport (también cuenta con Eco, Normal y 100% eléctrico siempre que haya batería suficiente). Acelera de 0 a 100 km/h en 8,4 segundos y alcanza los 180 km/h de velocidad punta. Nada mal para sus 1.665 kg. Y a pesar de su tonelaje, mantiene una buena estabilidad en curva.
Motores, acabados y precio del Toyota RAV4 2021
El precio es sorprendente si tenemos en cuenta lo que ofrece este coche: está disponible desde 32.250 euros según el configurador web de la marca japonesa. ¿Y sabes qué? Que esta es la versión más ‘básica’, por decir algo, porque de básico tiene poquito. De serie incluye elementos como llantas de 18, pantalla táctil multimedia con conectividad total, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara de visión trasera.
Los acabados, por su parte, se dividen en Advance, Business, Style y Luxury; y sus motorizaciones están formadas por este híbrido no enchufable de 220 CV, y por otro híbrido enchufable de 306 CV. Además, está disponible con tracción delantera o total, según versiones.
Conclusión de la prueba del Toyota RAV4 Hybrid 2021
Después de hacer esta prueba del Toyota RAV4 Hybrid 2021, he de decir que para alguien que conduzca tranquilo y necesite un vehículo familiar, este SUV híbrido japonés es el coche definitivo. Personalmente, me ha sorprendido para muy bien la calidad que destila su interior, tanto en ajustes como en los materiales utilizados. Además, le sobra amplitud, tanto en las plazas traseras como en su maletero.
Quizá lo que penalice un poco mi opinión del Toyota RAV4 es un sistema de infoentretenimiento que se ve algo anticuado y lento. No obstante, está a la última en conectividad. Pero eso no ensombrece un sobresaliente como la copa de un pino. Se lo gana, sobre todo, por la buena integración de la transmisión CVT y su funcionamiento en relación a la suavidad y el bajo consumo de combustible. Y encima, es un coche comodísimo. Un cochazo en mayúsculas.
Nota HolyCars: 9.
Ficha técnica del Toyota RAV4 Hybrid
- Medidas (largo/ancho/alto): 4.600/1.855/1.685 mm.
- Puertas: 5.
- Plazas: 5.
- Maletero: 580 litros.
- Peso: 1.665 kg.
- Combustible: gasolina y eléctrico.
- Motor: 2.487 cc.
- Potencia: 218 CV.
- Par motor máximo: N.D.
- Cambio de marchas: automático de variador continuo.
- 0 a 100 km/h: 8,4 segundos.
- Velocidad máxima: 180 km/h.
- Consumo de combustible en ciclo combinado: 5,7 l/100km.
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De pequeño no tenía muchos amigos que no tuvieran ruedas. Esa marginación me ha hecho crecer hasta ser el gran (y humilde) profesional que soy hoy en día. Petrolhead incurable y adicto a mi trabajo; y va bastante más de un lustro. Me apasiona el sushi y tengo más imaginación que yo que sé. Gasolina de 98 para tomar aquí, por favor.