No es fácil lidiar con el fracaso. Se dice que es parte de la vida y que siempre tiene algo que enseñarte. Sin embargo, estoy seguro de que a estos fabricantes, si les hubieran dado a elegir, preferirían no haber lanzado coches que han sido un fiasco. La mayoría de ellos se pegaron un tortazo de proporciones bíblicas, y en prácticamente todos los presagios eran los mejores. Estaban hechos para triunfar. Pero pasó justo lo contrario, y de qué manera…Ahora bien, ¿cuáles son los coches que han fracasado? Pues te voy a decir unos cuantos. En muchos resulta una sorpresa e incluso visto a día de hoy no tiene mucho sentido. Quizá no se pusieron a la venta en el momento correcto, no se hizo una buena campaña de marketing, etc. Lo malo es que algunos llevaron a su compañía a la quiebra, lo que resulta mucho más serio. Un apunte: voy a resistirme a meter al Múltipla en la lista, ese ‘meme’ con ruedas.
Coches que han sido un fiasco
- Audi A2
- Renault Avantime
- Suzuki Kizashi
- Peugeot 1007
- Aston Martin Cygnet
- Volkswagen Phaeton
- Nissan Cube
Audi A2
A lo mejor estás harto de oírlo, pero no por eso va a ser menos cierto. El Audi A2 fue un adelantado a su tiempo. Si hubiera sido lanzado en los últimos años, seguramente se hubiera convertido en todo un éxito comercial. Pero cuando la marca de los cuatro aros fue presentado hace ahora más o menos dos décadas, el mundo no estaba preparado para un coche tan avanzado. Por ejemplo: su aerodinámica es de tan solo 0,24 Cx. Sorprendente incluso a día de hoy.
Pero es que era mucho más que eso. En poco más de 3,5 m de longitud el Audi A2 tenía una distancia entre ejes muy buena, que le hacía disponer de un habitáculo amplísimo. Mira los voladizos: son especialmente cortos. Además, tenía un maletero con 390 litros de capacidad. Un Seat León actual tiene menos. Su diseño, por cierto, recibe el nombre de Kammback por la forma de su zaga. ¿No te recuerda (un poco solo) a la de los anteriores Toyota Prius?
Otra cosa que me flipa de este coche es que estaba construido en aluminio. Tanto el chasis como la carrocería. ¿Qué hacía eso? Pues que el peso total fuera ridículo y, con ello, el consumo de combustible. Ahora bien, esto le convertía en un coche caro. Pero la eficiencia de sus motores gasolina y diésel de entre 61 y 110 CV era máxima. El más frugal llegó a homologar 3 l/100km de media. Demencial. En conclusión, creo que es el que menos se merece figurar en esta selección de coches que han sido un fiasco.
¿Por qué falló?
- Llegó antes de tiempo
- Era caro
Renault Avantime
¿Te acuerdas del Renault Mégane que tenía el culo tan raro? Pues comparte líneas de diseño con un coche tan originalmente extraño como el Renault Avantime. Es un monovolumen coupé. Así de fácil y de difícil a la vez. ¿Cómo puede tener la modularidad suficiente un coche con tres puertas? ¿Tiene sentido? La respuesta es obvia: no. Pero en la firma del rombo querían comprobarlo, y bien que lo hicieron tras el tortazo que se dieron con este modelo.
Como bien apuntó mi compañero Sergio en el artículo dedicado al Renault Avantime, es como si un coupé deportivo y un monovolumen hubieran tenido un ‘affaire’ nocturno. Sin embargo, todo acabó en una enajenación mental de Patrick Le Quément. El interior era muy espacioso y luminoso, gracias a una gran superficie acristalada. Pero al tener tan solo tres puertas se limitaba mucho la facilidad para entrar y salir del vehículo.
Y no solo eso, sino que pesaba un quintal. Por lo tanto sus prestaciones como coupé deportivo tampoco es que fueran nada del otro jueves. El colmo de los contrasentidos es que su motor más destacado era un 3.0 V6 de 207 CV incapaz de tirar de una mole que rondaba los 1.700 kg. Además, ¿qué ibas a hacer? ¿Irte de curvas con un monovolumen de 200 CV que balanceaba más que una bañera llena de agua? En fin. Cosas que pasan.
¿Por qué falló?
- Gastaba mucho y sus prestaciones no acompañaban
- El diseño no acabó de convencer: fue una apuesta demasiado arriesgada
Suzuki Kizashi
El Suzuki Kizashi es un coche interesante. A pesar de que su cifra de ventas provoque risas nada más verla, se trata de una berlina con una calidad muy correcta y un motor muy solvente. Estamos acostumbrados a que la firma japonesa tenga una gama cuyos modelos sean baratos. Pero este fue un intento de competir con los sedán que están a caballo entre los segmentos D y E. No tenía mucho que envidiar a vehículos como el Mazda 6 o el Volkswagen Passat.
Y tengo que reconocer que como producto estaba realmente bien, pero… volvemos a lo de siempre. ‘Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer’, afirmación que dirían muchos y con la que particularmente yo no estoy de acuerdo. En cualquier caso, no se merece estar en la lista de los coches que fueron un fiasco, y sin embargo lo está. A pesar de ello, tenía unas cuantas cosas que llamaban la atención en el buen sentido.
La calidad de fabricación era superior a la media de la categoría. Además, tenía tanto unas plazas traseras como un espacio en el maletero que le hacían destacar en relación a su competencia. Y la relación entre precio y equipamiento era estupenda. Ahora bien, tenía algo que le lastraba mucho. Su motor era un bloque atmosférico de 2.4 litros con casi 180 CV, así que el consumo no era precisamente bajo. Algo a lo que contribuyó igualmente su tracción a las cuatro ruedas.
¿Por qué falló?
- Motor gastón
- Imagen de marca en relación a la competencia
Peugeot 1007
El Peugeot 1007 es otro que tal baila. Su protagonismo en el mercado fue nulo, y eso que tampoco es que fuese un coche poco útil. Todo lo contrario. De hecho, si tienes la oportunidad de hacerte con una unidad de gasolina a buen precio para circular por la ciudad, te lo recomiendo. Medía poco más de 3,5 m de longitud y lo más llamativo eran sus puertas. Se abrían lateralmente a través de raíles, y también eran eléctricas. El no va más, vamos.
Su principal diferenciación eran estas puertas. Suponían una ventaja muy grande a la hora de entrar y salir del vehículo, pudiendo acceder cómodamente a las plazas traseras y sirviendo perfectamente para que alguien con un problema de movilidad reducida tuviese la posibilidad de montarse y desmontarse de una manera más sencilla. En mi opinión este tampoco debería estar entre los coches que fueron un fiasco, pero la realidad es otra muy distinta.
No obstante, también fue eso lo que acabó matándole. La estética no le entró por los ojos a nadie a pesar de su utilidad y de un espacio interior muy bien aprovechado. Tanto que si abatías la fila de asientos posterior te quedaba un auténtico maleterazo; con un biplaza, eso sí. Pero bueno, fue un coche rarito, eso está claro. Qué narices, fue un coche feo. Pero si eso no te importa demasiado es una de las alternativas más interesantes para moverte entre el tráfico.
¿Por qué falló?
- Es un coche feo
- Concepto extraño: monovolumen demasiado pequeño
Aston Martin Cygnet
¿A quién se le ocurre coger un Toyota iQ y plantarle la calandra y el logo de Aston Martin? Pues a los señores de la marca de Warwickshire. Ni más, ni menos. Estoy hablando del Aston Martin Cygnet, un aborto con ruedas coche que desde el primer momento ya se sabía que iba a ser un fracaso estrepitoso. Entonces, ¿por qué se llegó a lanzar un coche del segmento A, un utilitario, con nombre de superdeportivo?
Estuvo a la venta durante aproximadamente dos años, a principios de esta década. Solo se acabaron vendiendo algo más de un centenar de unidades, aproximadamente un 3% de las que se preveían. Su precio era de 40.000 euros, y todo por tener el frontal de un Aston y las calidades interiores de la marca inglesa, que eso también cuenta. Yo mismo llegué a adelantar a uno, y no creo que mucha gente pueda decir lo mismo.
La principal razón de su lanzamiento es sencilla: regatear a la normativa de emisiones contaminantes de la época. Su idea era que los ricachones que trabajaban en el centro de las grandes capitales europeas no tuvieran problema alguno para entrar con su propio coche. Y todo esto sin perder ni un solo ápice de caché por el camino. En resumen, un auténtico despropósito. Quizá el más destacable de entre todos estos coches que fueron un fiasco.
¿Por qué falló?
- Toyota con logo de Aston Martin… y muchísimo más caro
- ¿He dicho ya que era carísimo?
Volkswagen Phaeton
El Volkswagen Phaeton ha sido uno de los coches que han fracasado que más ruido han hecho. ¿A quién se le ocurre sacar una berlina de lujo con el símbolo de Volkswagen delante? Pues nada más y nada menos que a Ferdinand Piëch, quien fuera el mandamás del grupo empresarial y que murió hace algo menos de un año. Digamos que el Phaeton era su sueño particular. Tenía entre ceja y ceja fabricar algo así bajo el paraguas de Volkswagen.
Ahora bien, la variable que el bueno de Piëch debería haber tenido en cuenta es la marquitis. Existe en Europa en general y en España en particular. Quien va a gastarse el dinero en un modelo de las características del Volkswagen Phaeton mira, salvo en contadas ocasiones, hacia Audi, BMW o Mercedes. Es triste, pero es así. Como mucho, a Lexus o a Volvo. Pero eso es hasta raro. Esa fue la principal razón del fracaso de este sedán, porque era un auténtico cochazo.
Además, en marcha era una alfombra voladora con ruedas. Normal, pesando más de dos toneladas. Sus bazas eran ser un modelo equiparable a los premium alemanes costando menos dinero. Pero su mantenimiento era una losa importante, por eso hoy en día están tirados de precio en el mercado de coches de segunda mano. Y para muestra un botón: sus motores eran tremendamente potentes, de entre 250 y 450 CV, y gastones.
¿Por qué falló?
- Marquitis: quien va a por un coche así suele ir a por marcas premium
- Coste de mantenimiento
Nissan Cube
Los kei cars siempre han triunfado en Japón. Son coches con una interpretación superlativa del espacio. Vehículos que tienen unas medidas máximas predeterminadas, algo que también pasa con la potencia. El Nissan Cube no tenía ninguna de estas limitaciones, pero su estética era la misma. Resultaba muy curioso. Una estética cuadrada pero con los ángulos redondeados. Una caja con ruedas. Y para colmo, era asimétrico en su parte trasera.
Pero lo que a lo mejor no tuvo en cuenta la firma nipona fue que los gustos en el viejo continente no eran precisamente los mismos que en Japón. La cuestión es que no costaba mucho dinero. Sobrepasaba por muy poco los 15.000 euros y llegaba para plantarle cara al Kia Soul, otro coche que no ha triunfado especialmente pero que ha sabido reinventarse. Y ha acumulado ventas como para seguir con vida, ahora en forma de coche 100% eléctrico.
Su máximo argumento de ventas, por encima incluso de la singularidad, era su aprovechamiento del habitáculo. Era un modelo muy amplio. Pero los experimentos, mejor con gaseosa, y en Nissan lo han aprendido bien. Llegó en 2010 y tan solo duró 24 meses a la venta en nuestro país. Sin duda, uno de los grandes merecedores de ser tildado como uno de los coches que fueron un fracaso. Al menos comercial.
¿Por qué falló?
- Estética rara de narices
- Comportamiento dinámico
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De pequeño no tenía muchos amigos que no tuvieran ruedas. Esa marginación me ha hecho crecer hasta ser el gran (y humilde) profesional que soy hoy en día. Petrolhead incurable y adicto a mi trabajo; y va bastante más de un lustro. Me apasiona el sushi y tengo más imaginación que yo que sé. Gasolina de 98 para tomar aquí, por favor.