El Citroën AMI no es un coche. Y no lo digo yo, sino que la propia Citroën lo define como un vehículo, no como un coche. En parte es lógico, debido a que sus características lo alejan del concepto de coche que conocemos todos. Pero eso da igual, porque tiene una serie de características que lo hacen muy interesante para hacer frente a la movilidad urbana, especialmente la que previsiblemente vendrá una vez hayamos superado la crisis del coronavirus.
Lo primero que tengo que decir del Citroën AMI es que es un cuadriciclo ligero que se puede conducir desde los 16 años simplemente con licencia, no hace falta ni el carné. Vamos, exactamente igual que un Aixam o un Ligier, pero con diferencias en cuanto al precio y al tipo de movilidad. Estas dos marcas que te he citado son de origen francés, lo cual es lógico si tenemos en cuenta que los cuadriciclos ligeros gozan allí de un notable éxito. En cambio, en España no han conseguido acabar de convencer al público, tal vez por su elevado precio o por la limitación de movimiento que conllevan.
Pero esta realidad puede que cambie con el Citroën AMI. De momento está pensado para el mercado francés, aunque está prevista su llegada a España para finales de año y puede poner en jaque al transporte público de las grandes ciudades. Como diría Jack el Destripador, vamos a ir por partes y voy a tratar de explicarte los motivos por los cuáles puede ser una buena alternativa al transporte público para muchas personas.
Paneles de la carrocería simétricos y 70 km de autonomía
El Citroën AMI es un vehículo muy pequeño: mide 2,41 metros de largo, 1,39 de ancho y 1,52 de alto. Eso son 28 cm menos de longitud que un Smart Fortwo, de manera que es capaz de ofrecer dos plazas pero no tiene maletero. Además, su ensamblaje es extremadamente simple y está pensado para ser lo más económico posible.
Tanto es así que los paneles de la carrocería son simétricos, lo cual provoca que cada puerta se abra en una dirección distinta y que no sea fácil distinguir cuál es la parte delantera y cuál es la trasera. En su interior el asiento del conductor se puede regular, pero el del pasajero no. Eso sí, hay mucho espacio -porque todo es superficie acristalada y habitáculo- y muchas de las molduras o acabados se pueden personalizar en diversos colores.
El motor del Citroën AMI es un pequeño propulsor eléctrico de 6 kW (unos 8 CV) que dispone de una batería de 5,5 kWh colocada en una posición muy rebajada para conseguir una mayor estabilidad. Y menos mal, porque con lo pequeño que es y sus 1,52 metros de altura, esta caja con ruedas vehículo podría volcar con facilidad de no tener su peso concentrado en la parte inferior. Un peso que, por cierto, es de 485 kg.
Su velocidad máxima es de 45 km/h (es una de las principales limitaciones de los cuadriciclos ligeros, lo mismo ocurre con el Renault Twizy equivalente) y la marca anuncia una autonomía de 70 km. Para moverse por la ciudad resulta más que suficiente y permite realizar cualquier desplazamiento urbano sin preocupaciones. El Citroën AMI se puede cargar en un enchufe convencional en unas 3 horas, aunque también se puede utilizar un Wallbox.
Citroën AMI, o cómo desplazarse en la ciudad por 0,66 euros al día
Ya hemos visto cuáles son las ventajas y los inconvenientes de este pequeño vehículo urbano, pero lo mejor está por llegar. El precio del Citroën AMI es de 6.900 euros, pero sin duda la opción más inteligente pasa por realizar un alquiler a largo plazo, durante 24, 36 o 48 meses. Algo así como una suscripción a un canal de pago (al más puro estilo Netflix o HBO) pero con un «coche».
Pues bien, si optas por esa «suscripción» tendrás que pagar tan solo 19,99 euros al mes y te podrás olvidar de seguros, ITV, revisiones y demás. Es como un renting pero por un precio ridículo y limitado únicamente para el desplazamiento urbano. Dicho de otro modo, el Citroën AMI no es un vehículo concebido como un coche de uso general, sino como una medida de transporte eficiente y muy económica para las grandes ciudades.
Si bien es cierto que hay que realizar un pago inicial de 2.644 euros, lo cierto es que el precio mensual es tan bajo que más de uno podrá hacer cálculos y ahorrarse dinero en comparación con lo que se gasta en transporte público. Es evidente que en muchas circunstancias el transporte público (o incluso la moto) continuarán siendo formas de movilidad más económicas, pero sin duda esta alternativa puede ser muy interesante para aquellos que no quieran ir en moto y que tampoco tengan facilidades a la hora de desplazarse en transporte público. ¿Lo único malo? Que el Citroën AMI no tiene aire acondicionado, y en algunas ciudades de España eso puede suponer un problema importante.
¿El futuro de la movilidad urbana tras el coronavirus?
Cuando la crisis que la Covid-19 está provocando a nivel sanitario esté superada se abrirá una nueva realidad a nivel económico. Y en esa realidad ya se están perfilando dos polos claramente opuestos, ya que por un lado las grandes ciudades están apostando por limitar el espacio al vehículo privado y por otro la gente está recelando del transporte público y está optando por el privado a la hora de desplazarse.
Cuando no haya riesgo sanitario no habrá motivo alguno para temer a la hora de desplazarse en transporte público, pero hasta que ese momento llegue es posible que todos aquellos que puedan permitírselo prefieran ir a trabajar en su coche o moto. Evidentemente el Citroën AMI no es una solución para los que van a las ciudades a trabajar desde pueblos o ciudades cercanas, pero sí puede serlo para los propios habitantes de la ciudad.
En primer lugar porque por 19,99 euros al mes puede llegar a ser más barato que algunas tarifas de transporte (pero sin riesgo de contagio ni limitaciones de horario), y en segundo lugar porque el Citroën AMI es realmente práctico en ámbitos urbanos: su radio de giro es de 7,20 metros y sus medidas son muy contenidas.
El futuro de la movilidad en las ciudades está cambiando, y lo cierto es que hay muchas opciones sobre la mesa. Los consistorios parecen decididos a expulsar a los coches para dar más espacio a los peatones, que deberán desplazarse en transporte público, en bicicleta o andando. Pero al mismo tiempo, mucha gente no quiere renunciar a su transporte privado mediante el coche o la moto, y las marcas están tratando de adaptarse a esta nueva realidad tan rápido como pueden, presentando modelos tan interesantes como el Citroën AMI. La batalla está servida… ¿quién ganará?
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Mis padres dicen que cuando era pequeño me aprendí antes las marcas de coches que la tabla del 1. Ahora me sé todas las marcas, pero si sumo 2+2 me da decimal. Los coches son mi pasión, mi sueño era probarlos y escribir sobre ellos algún día… y aquí estoy. Aunque bueno, también me gusta la pizza y no ando escribiendo de ella por ahí.