Puede que te interesen las averías comunes del Volkswagen Golf, ya que el compacto alemán es uno de los coches más populares que existen. Tanto es así que mucha gente valora este modelo como opción cuando en sus planes está hacerse con un coche de segunda mano. Y no es de extrañar, ya que desde 1974 no ha hecho más que cosechar éxitos de ventas, y ya van ocho generaciones.
Durante estas generaciones, el coche no ha hecho más que mejorar añadiendo mejoras estéticas y tecnológicas. Esto no ha hecho otra cosa que posicionar el modelo como uno de los mejores coches del Grupo VAG. Si estas buscando coche de ocasión y el Volkswagen Golf está en tu lista de favoritos, no dejes de leer porque te voy a detallar las averías más comunes del Volkswagen Golf.
Averías más comunes del Volkswagen Golf
- Fallos eléctricos y pérdidas de agua en el Volkswagen Golf III
- El más problemático es el Volkswagen Golf IV
- Consumo de aceite, caudalímetros y problemas de culata en el Volkswagen Golf V
- La caja automática DSG en el Volkswagen Golf VI
- Un fallo en el aire acondicionado Volkswagen Golf VII
Quebraderos de cabeza en la tercera generación
Los principales problemas que sufrieron los propietarios de la tercera generación tienen que ver con pérdidas de agua y fallos eléctricos. Lo sufrieron sobre todo las unidades fabricadas entre 1992 y 1994. A este problema hay que añadir que los modelos 1.9 D y 1.9 TD tenían una junta culata un tanto frágil que costaba reparar alrededor de 400 euros. Si la unidad monta motor 1Z puedes tener problemas con el captador de PMS situado en la caja de cambios que hará que el motor no arranque. Si quieres una apuesta segura elige uno posterior a 1995.
El más fallón, el Volkswagen Golf IV
La lista de fallos de la cuarta generación del exitoso compacto alemán es de lo más extensa. Sus ventanillas delanteras se caían como por arte de magia tras romperse un soporte de plástico que las sujeta. Los caudalímetros de los modelos diésel parecían hechos para romperse al igual que los turbos de los 1.9 TDI de 110 CV y 115 CV. Cambiarlo costaba 600 euros. En los modelos de gasolina 1.4 de 75 CV, 1.6 de 100 CV y 105 CV y diésel SDI de 68 CV y TDI de 90 CV, 100 CV y 110 CV las cajas de cambios se rompían y costaba repararlas 1500 euros. ¿El bueno? El 1.8 Turbo gasolina de 150 CV es la mejor opción.
La quinta generación también tiene lo suyo
Las averías comunes del Volkswagen Golf V también tienen mención especial. Los modelos 2.0 TDI anteriores a 2005 consumían aceite en exceso, tenían problemas de caudalímetro y sus culatas se estropeaban con facilidad pese a costar 1200 euros repararlas. Los que equipaban motores de gasolina 1.6 FSI de 115 CV sufrían males en sus inyectores que se podían subsanas previo pago de 400 euros y los modelos automáticos daban tirones a partir de los 80.000 km. El más fiable es el 1.4 TSI de 122 CV.
El Volkswagen Golf VI y su caja de cambios DSG
Los problemas en la caja de cambios del Volkswagen Golf V automático no sirvieron para que la marca alemana aprendiera la lección y volvieron a tropezar con la misma piedra en la siguiente generación. Así la problemática caja de cambios DSG se convirtió en una de las averías más comunes del Volkswagen Golf VI. Cierto es que no todas las unidades padecieron este mal, ya que la marca alemana fue solucionando el problema conforme la generación iba acumulando experiencia. Si tu modelo es de los primeros, tienes bastantes papeletas para pasar por caja a solucionarlo.
Problemas de humedad en el Volkswagen Golf VII
La séptima generación del exitoso compacto tiene una de las averías más comunes del Volkswagen Golf más raras. Y es que existía un fallo de fabricación en el sistema de aire acondicionado del Volkswagen Golf VII que hacía que se acumulara humedad en la parte inferior de la alfombrilla de acompañante. Así que si tu copiloto nota humedad en los pies, no es que tu coche equipe como extra un novedoso sistema de spa para pies, es que tienes un problema. Algo cuanto menos chocante para un coche moderno del nivel del Golf.
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Siendo niño devoraba las revistas de coches que mi padre compraba cada semana. No podía imaginar que con los años tendría la oportunidad y el privilegio de escribir sobre ellos. Profesionalmente he cogido muchas curvas que he trazado de forma firme, asumiendo riesgos que me han llevado a metas insospechadas. ¿Quién dijo miedo?