Por si no lo sabes, hay varios tipos de cambio automático. El saber no ocupa lugar, y ahora que los coches con estas transmisiones están cada vez más en auge siempre está bien conocer cuáles son las alternativas que ofrece el mercado. Muchas veces depende del fabricante del coche en cuestión, que monta solo uno de estos cambios. Pero también hay excepciones.
Lo que sí que creo que es importante y un dato a tener en cuenta es que, en función de los tipos de cambio automáticos que hay y dependiendo del que acabes eligiendo para tu coche, el comportamiento del mismo cambiará. Por eso es tan recomendable probar un modelo antes de tomar la decisión de compra. Para saber que se adapta a lo que quieres, necesitas y te gusta.
Tipos de cambio automático
Doble embrague
El cambio de doble embrague es, por norma general, el que realiza los cambios de marcha con mayor velocidad. Lo montan la gran mayoría de los coches deportivos que hay a la venta en este momento. Además, es especialmente famosa la DSG del Grupo Volkswagen, si bien la DCT del Grupo Hyundai Kia está comenzando a obtener notoriedad. Aunque Mercedes también la monta.
El número de velocidades es cambiante y no está sujeto a uno de los más famosos tipos de cambio automático como es el de doble embrague. Las transiciones entre marchas están cada vez más conseguidas en lo que se refiere a comodidad y en muchos casos ahorran combustible en comparación con las versiones manuales. ¿Lo malo? Son más caras que casi todas las demás.
Convertidor de par
Si hablamos de los tipos de cambio automáticos más populares, están el de doble embrague… y el de convertidor de par. Es uno de los sistemas de transmisiones automáticas más antiguas y no tiene embrague. Al igual que el de doble embrague, las versiones más modernas suelen conseguir medias de consumo de combustibles realmente buenas, mejores que las variantes con cambio manual.
Los cambios de marchas se realizan con mucha suavidad y se caracterizan por no dar tirones. Además, han mejorado mucho en lo que atañe a la rapidez en el cambio. Antes eran mucho más lentas, pero a día de hoy marcas como BMW o Volvo montan cambios automáticos de convertidor de par en algunos de sus modelos y son muy rápidos. Eso sí, están fabricados por ZF, un auténtico maestro en estas lides.
CVT o variador continuo
El cambio automático CVT o de variador continuo es el más odiado por los puristas. La gran mayoría de coches híbridos, especialmente los japoneses lo usan. Es una transmisión que no tiene marchas. Acelerar y frenar: ya está. Como una moto scooter. Eso hace que a bajas vueltas sea muy cómodo y silencioso, todo lo contrario a cuando quieres sacarle un poco más de ‘jugo’ al coche.
Si quieres acelerar a fondo el motor se revolucionará mucho y sonará más que de costumbre, y tampoco es el mejor para aprovechar la potencia del motor. Es el más indicado para hacer consumos bajos con una conducción relajada, y se nota que la ciudad es su hábitat natural. Hay marcas que simulan las marchas de manera electrónica para que puedas jugar con las levas y tener la percepción de cambiar.
Robotizado
Para terminar, uno que no es tan conocido entre los tipos de cambio automático: el robotizado. Aunque más bien es semi automático. Es una caja manual con un embrague electrónico que se pone en marcha cuando una centralita le indica el momento en el que cambiar de relación y acoplar y desacoplar el motor y la transmisión.
Es un sistema muy simple y si se estropea, cosa poco habitual, su reparación te costará cuatro duros. Eso sí, si no le han dado el suficiente cariño a su desarrollo resulta lento e incómodo, es decir, poco refinado. Suele encontrarse en marcas francesas, en coches que no tengan un alto coste de compra.
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De pequeño no tenía muchos amigos que no tuvieran ruedas. Esa marginación me ha hecho crecer hasta ser el gran (y humilde) profesional que soy hoy en día. Petrolhead incurable y adicto a mi trabajo; y va bastante más de un lustro. Me apasiona el sushi y tengo más imaginación que yo que sé. Gasolina de 98 para tomar aquí, por favor.