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Prueba del Subaru XV GLP: ¡mucho mejor que un SUV!

Podría darle una patada en el culo a muchos de ellos.

prueba del Subaru xv glp

Si dijese que mis expectativas después de hacer la prueba del Subaru XV se han cumplido con respecto a este coche, estaría mintiendo como un bellaco. El regusto final que me ha dejado el crossover japonés ha superado, y por mucho, lo que me esperaba de él. Es un coche peculiar. Pero en el buen sentido, sin duda. Y te recomiendo encarecidamente que te pienses muy mucho su compra si estás detrás de un SUV. ¿Que por qué? Te lo cuento con todo lujo de detalles.

El no va más. De verdad de la buena

Este coche puede gustarte por fuera. Es lógico, se trata de un coche muy atractivo y con un puntito de exclusividad. Al final, el Subaru XV de esta prueba no es un superventas, un coche de masas. Eso se nota; hay gente incluso que se ha girado por la calle. Pero déjame que te cuente primero cómo es su interior. Canela en rama. Sin hacer mucho ruido, los japoneses saben hacer las cosas muy bien.

Quizá antes de abrir la puerta no te esperes demasiado. Aunque, lamentablemente, sé que con lo que te voy a explicar lo que te esperarás de este coche será mucho. Una vez sentado en el asiento puedes tocar donde te plazca. Túnel de transmisión, consola central, asientos, volante, salpicadero… ¡La leche! No se mueve nada. Na-da. Y lo mejor, todo tiene un tacto excelente, a materiales buenos y agradables al tacto.

prueba del Subaru xv interior

Puedo asegurarte que con el paso de los años aguantará carros y carretas sin grillos ni ruidos molestos. Tampoco le hace falta demostrar nada a Subaru a estas alturas. En este momento es más que posible que estés pensando que la firma nipona me ha untado con varios sobres de billetes por debajo de la mesa. Pero déjame decirte dos cosas: la primera es negarlo de forma categórica, y la segunda es que cuando haces un producto tan bueno, habla bien por sí mismo.

Tranquilo, también voy a criticarle cosas más adelante. A lo que iba. La tapicería es genial y el sistema de infoentretenimiento, con una pantalla de 8 pulgadas en este caso, se ve bien y responde rápido. Pena de unos gráficos que, aunque son buenos, tiene unos colores que le hacen parecer una serie de anime. Cosas de japos, supongo. Además, la consola central está como acristalada y se mancha muy fácil con los dedos o el polvo; amén de que los rayos del sol reflejan bastante en ella.

Aun así, no te costará hacerte a él. Y eso que los asiáticos acostumbran a tener los controles repartidos por todo el habitáculo, como el Outlander PHEV que probamos hace poco. En ese sentido, el Subaru está europeizado. La instrumentación es analógica y muy clara: cuenta kilómetros a un lado y tacómetro al otro. Mientras tanto, el espacio para guardar cosas es más que suficiente, con huecos delante del cambio de marchas, en el reposabrazos central o en las puertas.

Prueba del Subaru XV frontal

Detrás no es un coche amplio, las cosas como son, y su maletero también es pequeño para el segmento en el que se mueve. En las plazas traseras van mejor dos adultos por anchura y por comodidad del asiento; el mullido del centro no invita a grandes kilometradas. Y el maletero cuenta con 385 litros, que te caben cosas… pero que en esta unidad se ve reducido por el depósito de gas, justo debajo del piso.

Seguro que es muy seguro

Vamos con la seguridad, un aspecto clave para muchos. Es algo controvertido en este coche, ya que el sistema Eyesight va ligado obligatoriamente a una caja de cambios que no convencerá a todo el mundo. Pero déjame que te explique qué es eso del Eyesight. Se trata de un compendio de tecnologías destinadas a ayudarte en la conducción y a hacer tu viaje más seguro. Está compuesto, entre otras cosas, por elementos como dos cámaras HD situadas en la parte alta del parabrisas.

Estas tienen una serie de funciones increíble, como detectar hasta cuándo se encienden las luces de freno del coche de delante para poder activar el sistema de frenada automática de emergencia. También saben (y te avisan) cuando te sales del carril sin querer. O te asisten en un atasco. ¿Lo mejor? El sistema EyeSight puede funcionar incluso como la caja negra de un avión, registrando los datos en caso de que pase lo innombrable.

Prueba del Subaru XV Eyesight

Prueba del Subaru XV: en marcha son (casi) todo luces

Me parece que si haces una prueba del Subaru XV te lo quedarás. No creo que encuentres algo similar por un precio parecido con su comportamiento o comodidad. Solamente se me ocurre una excepción, y no creo que así sea porque si no estarías mirando otro tipo de coche: que priorices la conducción deportiva. Porque entonces su cambio automático CVT no será lo que estás buscando.

Me ha sorprendido muy positivamente el paso por curva de este coche, y el equilibrio general que tiene. Es firme en los cambios de apoyo y transmite muchísima seguridad, tiene una pisada franca y su comportamiento dinámico es ágil. Sin embargo, en los viajes largos es un coche comodísimo. La suspensión podría ser algo más blanda, pero solo al pasar por encima de baches o badenes. Porque en cientos de km no ha habido ni una sola vez en la que me haya notado cansado al volante.

Además, la dirección transmite poco feeling, pero como buen japonés es más directa que en la mayoría de coches de hoy en día. Giras y automáticamente el morro va hacia donde le indiques a golpe de volante. En definitiva, es un coche cómodo y familiar, con capacidad también para hacer alguna escapadita offroad. Porque es un crossover, que no un SUV. Que parece que es un concepto que ya se nos había olvidado.

Prueba del Subaru XV dinámica trasera

El motor es un bloque de gasolina atmosférico, sin turbo, de 1.6 litros y cuatro cilindros en disposición bóxer. Su fiabilidad está más que probada, pero sus 114 CV de potencia y, especialmente, sus 150 Nm de par motor máximo, se me quedan cortos. Sobre todo ligados a la caja de cambios de variador continuo, que es la única opción. Pero es que hay que entenderlo como un todo, pues va asociado obligatoriamente al sistema de seguridad EyeSight.

Para hacer una conducción relajada es el coche perfecto, y su sonoridad a menos de 3.500 rpm es bajísima. Ni rodadura, ni viento… te costará enterarte de que vas en marcha. Pero como le pises a fondo no sentirás potencia, algo que debería solucionarse con la versión 2.0 de 150 CV, y además el motor irá tan revolucionado que sonará un montón. Así que depende de para qué quieras el coche.

El gasto de combustible tampoco es especialmente bajo. Homologa una media de 8 l/100km, pero claro, se trata de una cifra tremendamente real. Yo le he llegado a hacer en conducción normal medias por debajo de esos 8 litros, y gracias al gas te costará muy poco llenar el depósito. Además, la autonomía conjunta de gasolina y gas supera los 1.000 km a poco que no vayas haciendo el cafre, así que punto muy positivo.

Fuera del asfalto… ¿cómo va?

Pues muy bien, gracias, ¿y usted? La prueba del Subaru XV me ha servido para ver que no solo los SUV y los todoterrenos sirven para salirte de la ruta establecida. No es un offroader puro y duro, pero se maneja mucho mejor que casi todos los Sport Urban Vehicles que hay a la venta ahora mismo. Su tracción 4x4 y el sistema X-Mode hacen que sea sencillo pasar por lugares relativamente complicados.

Prueba del Subaru XV ordenador de a bordo

Entiéndeme; no vas a subir el Kilimanjaro con él. Pero es que estamos acostumbrados a que un monovolumen con forma de todoterreno, que es lo que son la mayoría de los SUV, apenas puedan desenvolverse un poquito fuera del asfalto si no es en una pista de tierra plana y sin piedras. Con tracción total la cosa mejora, pero tampoco te creas. Pues eso no pasa con el Subaru XV de esta prueba. Su altura libre al suelo es de 22 cm, cuando la de un SUV ronda los 18 o 19 cm como mucho. Como diría Bernd Schuster cuando entrenaba al Madrid, para aquellos que lo recuerden, no hace falta decir nada más.

Bonito es un rato

Por fuera me parece un coche precioso. Quizá no te lo creas, pero he visto a gente girarse por la calle para mirarlo. Personalmente me gusta más en color naranja o rojo, que llame todavía más la atención que con este azul. Pero el Subaru XV es un coche bonito, y lo que es más importante, poco visto. Por eso llama tanto la atención. Es un Impreza algo levantado y con protecciones en los bajos; y eso mola.

El frontal tiene una firma luminosa LED y una parrilla inconfundibles. Las llantas de aleación bicolor le sientan como un guante, no importa el tono de carrocería que elijas. Y detalles como las barras del techo en aluminio cepillado son geniales. En general cuenta con un toque aventurero que no tienen muchos coches. ¿Cuántos SUV sin protecciones bajas recuerdas? Yo bastantes. Este es crossover de verdad, y además el grueso perfil de rueda también ayuda, que no lo he comentado en la parte de 4x4.

Prueba del Subaru XV faro y llanta

Conclusión y precios de la prueba del Subaru XV

No tengo ninguna duda de que si pruebas este coche te lo quedas. Está muy infravalorado en el mercado y cuenta con todos los ingredientes para ser un modelo que triunfe. Lástima del cambio de marchas para aquellos a los que les gusta algo más de picante en su día a día. Por lo demás, me parece un productazo. De notable alto en general. Comodísimo, seguro y construido con una calidad alucinante. Encima, llenarlo de gas te costará cuatro duros.

Ficha técnica

  • Medidas (largo/ancho/alto): 4.465/1.800/1.595 mm.
  • Puertas: 5.
  • Plazas: 5.
  • Maletero: 385 litros.
  • Peso: 1.500 kg.
  • Combustible: gasolina y GLP.
  • Motor: 1.6 bóxer de cuatro cilindros
  • Potencia total: 114 CV.
  • Cambio de marchas: automático CVT.
  • 0 a 100 km/h: 13,9 segundos.
  • Velocidad máxima: 175 km/h.
  • Consumo de combustible en ciclo combinado: 8,0 l/100km.

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