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Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300 CV 2021: ¡potencia eléctrica!

Es uno de los grandes tapados del segmento por su buena relación entre calidad y precio.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300

Esta es la prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300 CV 2021. Estamos ante uno de los mejores SUV híbridos enchufables que nos ofrece el mercado ahora mismo. Es por eso que el hecho de que no sea un superventas como otros de sus rivales nos sorprende y mucho. Se trata de un tapado. Uno de esos modelos que puede que pasen un poco desapercibido entre tanta alternativa, pero que una vez probado… puede llegar a convencerte. Sin duda.Suscríbete al canal de YouTube de HolyCars

Y es que uno de los aspectos que marca sobremanera este análisis del Opel Grandland X PHEV es que entre de lleno en la lista de los coches con mejor relación calidad precio. Porque si tenemos en cuenta su tarifa final, ofrece mucho, por poco dinero. Desde potencia hasta espacio, pasando por autonomía, tecnología o diseño. ¿Quieres conocerlo a fondo? Entonces sigue leyendo porque te lo voy a contar todo sobre este SUV híbrido enchufable.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300 CV 2021

Un diseño muy Opel

El aspecto de este SUV compacto de Opel es el de un coche atractivo. Afilado pero sin ser agresivo. Esto lo consigue gracias a una firma luminosa LED muy puntiaguda, combinada con unas formas generalmente limpias en su carrocería. La parrilla es grande y destaca la línea horizontal cromada en cuyo centro está el logo de la marca. Además, debajo cuenta con protecciones, y el paragolpes está muy trabajado en cuanto a formas.

El capó tiene unas sutiles líneas de tensión que no destacan, son armónicas en relación al resto de la carrocería. Lateralmente cuenta con las mencionadas protecciones plásticas, pero maximizadas, ya que crecen en su parte inferior, en donde también nos encontramos la chapita HYBRID4 de esta versión. Es un coche grande, con 4,48 m de largo, 1,86 m de ancho y 1,61 m de alto, y una distancia entre ejes de 2,68 m.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300

Por su parte, las llantas bicolor de esta unidad son de 19 pulgadas… y de serie. Para mi gusto, el techo en contraste con el resto de la carrocería le sienta de cine, especialmente con este tono azul tan intenso que luce en el resto de la chapa. Los pilotos de la zaga vuelven a estar afilados y sus formas interiores recuerdan a los de delante.

El portón del maletero es completamente limpio, con tan solo las insignias de marca, modelo y versión en él. Por otro lado, una línea de cintura muy marcada une los dos faros, y en la parte de debajo de nuevo vemos las clásicas protecciones de todo SUV con una especie de símil para los escapes. Sigo sin acostumbrarme a esto, y mucho menos en un coche que no es 100% de combustión.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300

Pero un interior todavía más reconocible

Por dentro es un coche agradable, bastante neutro y conservador. Está hecho para gustar a todo el mundo. Para empezar, los asientos son muy cómodos y están tapizados en cuero. Además, el del conductor tiene regulaciones eléctricas y están ventilados y calefactados. El volante tiene un diseño correcto y las funcionalidades de sus botones están muy claras. La instrumentación en este caso es analógica, y se ve perfectamente.

Hay un dial para las revoluciones y para comprobar si el sistema híbrido está recargando, y otro para la velocidad. Así como otros dos pequeños que nos chivan el nivel de combustible y de electricidad, y un pequeño display bajo los mismos a modo de ordenador de abordo. Clásico y sencillo, pero efectivo. Desde mi punto de vista, las calidades están muy conseguidas.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300

Los ensamblajes son buenos y los materiales que conforman el habitáculo son todos gomosos, salvando unos pocos plásticos duros que hay en las partes bajas. En este sentido, se nota que es uno de los buques insignia de la marca. La pantalla multimedia es de 8 pulgadas y tiene conectividad total con Android Auto y Apple CarPlay. El sistema no es lento, pero tampoco el más rápido del mercado. Además, hay ciertos reflejos del sol que, si le inciden directamente, perjudican su visibilidad.

Eso sí, su ubicación es perfecta, ya que está integrada en el salpicadero de manera brillante y a la vez la posición es alta para no tener que desviar excesivamente la vista de la carretera. Otro aspecto que me gusta mucho es el diseño de la consola central, con los botones físicos justos y necesarios. Bajo la pantalla están los que controlan los menús de la misma, y el relativo al sistema de audio. Y algo más abajo, los de la climatización. Muy bien en este sentido.

En este punto llegamos a una de las pocas pegas interiores que le veo, que es el negro piano. La parte baja de la consola central está llena y también pasa alrededor de un pomo del cambio de marchas con una forma original y ergonómica. Los huecos me parecen algo pequeños para un vehículo con un planteamiento familiar, pero son suficientes, y están en las puertas, delante del cambio, bajo el reposabrazos central (en donde por cierto hay una plataforma de carga inalámbrica para dispositivos móviles) y en la guantera.

Espacio de sobra para una familia

El acceso a las plazas traseras del Opel Grandland X es fácil porque la puerta se abre mucho y el hueco es grande. Y una vez dentro, pues lo cierto es que hay una cantidad de espacio muy destacable. No tendrás que sufrir por tocar ni con las rodillas ni con la cabeza, y personas de hasta 1,95 metros podrán viajar tranquilamente.

Por lo que respecta al asiento central, sorprende para bien porque no resulta especialmente incómodo, y por anchura podría permitir a tres adultos viajar sin problemas. A todo esto hay que sumar un túnel de transmisión prácticamente inexistente y diversos elementos de equipamiento interesantes, como los típicos puertos USB, salidas de climatización e incluso un enchufe como los que tenemos en casa.

Si nos centramos en el maletero del Opel Grandland lo primero que llama la atención es que la apertura y el cierre son eléctricos, y lo segundo que la boca de carga es muy grande. Por lo que respecta a la capacidad ofrece un total de 390 litros, una cifra 110 litros inferior a la de las versiones de combustión debido a la presencia de las baterías del sistema híbrido enchufable. Eso sí, si abatimos los asientos nos queda una superficie de carga prácticamente plana y contamos con 1.528 litros.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300 CV 2021: hasta 59 km de autonomía eléctrica

Para empezar en la parte dinámica de esta prueba del Opel Grandland X híbrido enchufable, has de saber que este coche tiene 300 CV. Puede parecer mucho, pero lo cierto es que, incluso con unas prestaciones notables, este Grandland X no destaca por deportividad al volante. Su uso es completamente diferente. Digo esto porque considero que se trata de un vehículo que prioriza la comodidad ante todo.

El planteamiento es claramente familiar, con vistas a ser lo más aislado y confortable posible en cualquier trayecto. Y esto se nota mucho cuando circula de manera eléctrica, que será en muchas ocasiones si tienes un enchufe a mano. Si no, no tiene sentido comprar un híbrido enchufable. Su batería de 13,2 kWh le permite ostentar una autonomía de hasta 59 km en modo totalmente eléctrico y, por supuesto, lucir en su parabrisas la etiqueta 0 de la DGT.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300

De todas formas, como acabo de comentar, sus prestaciones son bastante buenas. Acelera de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 235 km/h. A su vez, el consumo homologado según el ciclo WLTP es de 1,3 l/100km. Aun así, esto ocurre en los primeros 100 km cuando la batería está cargada hasta los topes, por eso digo que sin enchufe… no hay paraíso. Porque en caso de tener la pila agotada se puede ir a unos 9 o 10 l/100km.

Date cuenta que son 1.875 kg de coche con una potencia respetable. Su sistema de propulsión está formado por un motor 1.6 de gasolina sobrealimentado por turbo con 180 CV, y por otros dos eléctricos de unos 110 CV cada uno. La suma de todos es de, como he dicho antes, 300 CV. Nada mal. Además, esta variante tiene tracción a las cuatro ruedas, lo cual es un plus de seguridad y ayuda a gestionar toda esa potencia. Porque cuando le das un pisotón con las baterías cargadas, empuja mucho.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300

Eso sí, olvídate de circular fuera del asfalto a pesar de que puede defenderse en algún camino de tierra gracias a sus 20 cm de altura libre con respecto al suelo. Por su parte, la suspensión está puesta a punto para filtrar lo mejor posible todo lo que se encuentre bajo las ruedas, lo que hace que sea muy cómodo pero que balancee notablemente en curva. Ya digo: conducción tranquila.

Y eso a pesar de que cuenta con un modo de conducción deportiva, así como con otros dos, híbrido y 100% eléctrico. En cuanto a la dirección, es suavísima. Resulta muy fácil manejar el vehículo a pesar de tener unas dimensiones importantes. Pero claro, esto hace que sea muy complicado saber qué está pasando bajo los neumáticos ya que transmite más bien poco.

Y para terminar con este apartado, el cambio de marchas. Una caja automática de convertidor de par que destaca por su suavidad. Puedes cambiar de forma secuencial con las levas, pero desde mi punto de vista no merece la pena. Quiero resaltar lo imperceptible que es cuando pasa de energía eléctrica a combustión y viceversa. Ni lo notas.

Motores y precio del Opel Grandland X

El precio del Opel Grandland X comienza en unos 21.500 euros. Ahora bien, una unidad como la de este vídeo sale por aproximadamente 37.000 euros. Se trata del acabado Ultimate Hybrid, el más alto de gama, y viene equipado hasta los topes. Por debajo de él se sitúan, en orden ascendente, los Edition, Design&Tech, Ultimate y Edition Hybrid.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300

Mientras tanto, esta es la única alternativa en la que se puede añadir un sistema de tracción total, ya que en el resto es delantera. Eso sí, según versiones, el cambio es manual o automático, y los motores se dividen en un diésel de 130 CV, dos gasolina de 130 y 180 CV, y otros dos híbridos enchufables, con 225 y con 300 CV. Opciones, hay por un tubo.

Conclusión de la prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300 CV 2021

Y así es como llegamos al final de esta prueba del Opel Grandland X Hybrid4 300 CV 2021. En líneas generales, es un SUV híbrido enchufable que cumple con lo que se espera de un vehículo de este tipo. Quizá su mayor baza es un precio más que justo para un vehículo de sus características. Ofrece mucho por poco dinero, al menos en relación a su competencia. De esta forma, se coloca en una posición de privilegio en lo que los británicos llamarían ‘value for money’.

De esta manera, por algo no demasiado dinero puedes llevarte a casa un coche perfecto para su uso por la ciudad por comodidad y silencio del motor eléctrico. Pero también con una autonomía considerable, unas plazas traseras y un maletero perfectos para un uso familiar y con un nivel de calidad y tecnología por encima de la media. Ah, y con 300 CV, un dato que no debo obviar. ¿Mis opiniones del Opel Grandland X Hybrid4? De notable alto.

Nota HolyCars: 7,5.

Ficha técnica del Opel Grandland X Hybrid4

  • Medidas (largo/ancho/alto): 4.477/1.856/1.609 mm.
  • Puertas: 5.
  • Plazas: 5.
  • Maletero: 390 litros.
  • Peso: 1.875 kg.
  • Combustible: híbrido enchufable de gasolina.
  • Motor: 1.598 cc y dos eléctricos.
  • Potencia: 300 CV.
  • Autonomía eléctrica: 59 km.
  • Capacidad de la batería: 13,2 kWh.
  • Cambio de marchas: automático de ocho relaciones y convertidor de par.
  • 0 a 100 km/h: 6,1 segundos.
  • Velocidad máxima: 235 km/h.
  • Consumo de combustible en ciclo combinado: 1,5 l/100km.

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