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El Porsche 911 (996) cumple 25 años

Un clásico que se revaloriza año tras año.

Porsche 911 (996)

El Porsche 911 (996) cumple 25 años y sigue ocupando un hueco en el corazón de los más puristas de la marca alemana de coches deportivos. Fue en el Salón de Frankfurt de 1997 cuando vio la luz y dejó impresionados a quienes lo vieron por primera vez. Era diferente, rompía con lo convencional y todo, a excepción del motor trasero y la línea 911, era nuevo. En la marca reconocen que era el momento de romper con los viejos hábitos. Era arriesgado. Lo hicieron y funcionó.

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Hasta los pilares B, el 996 y el Boxter 986 compartían los elementos internos. Esto se debía a la necesidad de la marca de crear un coche con un precio más bajo. Pese a ello, el 911 tenía que parecer un 911, eso estaba claro, pero no tanto la motorización escogida para mover esta máquina. ¿Quieres saber más sobre el Porsche 911 (996)? A continuación hacemos un completo análisis de este nueveonce que rompió los esquemas y consiguió que Porsche siguiera siendo independiente.

Porsche 911 (996), el nueveonce revolucionario

La creación del Porsche 911 (996) fue compleja. August Achleitner, Director de Planificación Técnica de Productos, Conceptos y Formatos de Vehículos de la época, se encargó del proyecto. Según él mismo, Porsche necesitaba generar un mayor volumen de ventas. De ahí el concepto de piezas compartidas para crear un coche más barato.

Porsche 911 (996)

Con todo prácticamente claro, fue el motor del Porsche 911 (996) lo que le trajo más quebraderos de cabeza. Los diseños de dos válvulas por cilindro y refrigerados por aire ya agonizaban tecnológicamente, así que había que probar nuevas opciones. El bóxer de cuatro válvulas refrigerado por aire no funcionó, se probó un V8 compacto, pero tampoco convenció, así que el elegido fue el motor bóxer de cuatro válvulas refrigerado por agua.

Así fue el concepto de piezas compartidas

Fue en los años 90 cuando Harm Lagaay, Director de Diseño, definió las líneas maestras del Porsche 911 con código interno 996. Fue algo novedoso, rompedor y único. El desafío era crear un roadster con motor central y un coupé con motor trasero que fueran completamente idénticos hasta el pilar B. El primer paso fue crear las piezas comunes. Había prisa, por lo que se incorporaron al equipo hasta 80 especialistas que trabajaron en modelos a escala 1:1 para acabar dentro del plazo.

Porsche 911 (996)

¿Y cuál era ese plazo? No había una fecha exacta, pero tenía que ser lo antes posible para salvar la empresa. El concept car Boxter del Salón de Detroit de 1993 fue la base para las propuestas de diseño. Se había trabajado a la vez en el concept car, el 996 y el 986, por lo que ya había grandes avances en ese momento. El plan era vender 30.000 unidades de ambos coches, lo que proporcionaría un buen retorno de la inversión.

Para ello, el Boxter se lanzó un añoo antes que el 996. El resultado fueron más de 30.000 unidades vendidas del 996 al año. Pese a que la prensa criticó el diseño de los faros, internamente nunca se hizo, e incluso sorprendieron esas críticas, ya que el concept car había sido elogiado.

Después llegó el Cabriolet del Porsche 911 (996)

Hubo que esperar a 1998 para que Porsche sacara a la venta la versión Cabriolet del Porsche 911 (996). Esta versión montaba una capota eléctrica que tardaba 20 segundos en ponerse o quitare. Al quitarse, una placa metálica se encaba de ocultar la capota. Después, fueron llegando más versiones de este revolucionario nueveonce. Primero el Carrera 4, con tracción total, que se ofrecía en ambos formatos de carrocería. Más tarde, le echaron picante a la gama con el Porsche 911 Turbo, que montaba un motor biturbo de 420 CV que era capaz de alcanzar los 305 km/h.

Todas estas versiones ya estaban previstas en la planificación inicial del 911 (996), por lo que se redujeron costes al diseñar el coche desde el principio con un gran túnel de transmisión válido para el modelo de tracción total. Sin embargo, no sucedió lo mismo con el 911 GT3, que surgió casi por casualidad. Fue un éxito comercial rotundo, con 360 CV, era un vehículo de carreras homologado para carretera. Le siguió el Porsche 911 GT2, con motor bóxer de 3.6 litros y 462 CV, pura dinamita.

En 2002, la generación 996 sufrió una renovación. El 911 Targa y el 911 Carrera 4S coupé se unieron a la lista al igual que el 4S de techo abierto. Pero no fue el único que disfrutó del cielo abierto, el Porsche 911 Turbo también lo hizo. Fueron muchas variantes, más que en ninguna otra generación. Esto hizo que el Porsche 911 (996) llegara a las 175.000 unidades vendidas.

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