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Los grandes olvidados #8: MG F/TF

Un deportivo descapotable biplaza de motor central y económico que no llegó a cuajar en nuestro mercado.

MG F TF

Si hay un coche que no podría faltar dentro de nuestra sección de grandes olvidados ese es el MG F/TF. En un momento en el que los precios de los pequeños deportivos descapotables, como el Mazda MX-5 (prueba) o el Toyota MR2, están al alza me pregunto el porqué coches como este no tienen el mismo tirón. En esta ocasión vamos a repasar la historia y las claves que han hecho que sea un completo olvidado para el comprador de un roadster usado.Suscríbete al canal de YouTube de HolyCarsDesde sus inicios, MG se había dedicado a crear, principalmente, descapotables biplazas deportivos con buen tacto para la conducción pero con un claro enfoque de GT. Con los numerosos cambios de propietario y alianzas dentro de la British Motor Corporation (BMC), MG fue muriendo lentamente tras el lanzamiento del MG B en 1962. La historia del MG F/TF nace con el deseo de Austin Rover de poner de nuevo a Morris Garage en la punta de lanza de los roadster deportivos.

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MG F/TF: La historia de cómo revivir una marca

A mediados de los años ochenta, los ingenieros de Austin Rover comenzaron el desarrollo del concepto MG F-16, un convertible biplaza de motor y tracción delantera. El objetivo estaba bien claro: explotar el nombre comercial y la imagen de marca de MG para regresar al mercado de los roadster deportivos, creando al mismo tiempo un sustituto digno del MG B.

El F-16 tomaba prestados muchos aspectos del exterior del concept EX-E presentado en Frankfurt años antes. A finales de la década, el F-16 estaba lo suficientemente maduro como para poder lanzarlo al mercado. Pero los por entonces problemas económicos que atravesaba la empresa hicieron que finalmente no se diera luz verde al proyecto. Todo cambiaría unos años más tarde.

En 1992, tras los buenos resultados de ventas que estaba teniendo el Mazda MX-5, el grupo Rover vio que el mercado de los biplazas descapotables había resurgido. Con motivo de ello, deprisa y corriendo, se puso en el mercado el MG RV8. Una actualización del mítico MG B que se había lanzado en 1962. Actualizaron ligeramente su estética y su interior y lo llevaron a los concesionarios.

MG F TF

Sin embargo, desde la cúpula del grupo sabían que esto no era más que un parche, ya que en esencia era un coche de más de 30 años. Fue entonces cuando se decidió recuperar el concepto del F-16. El proyecto pasó a manos de RSP (Rover Special Products), cuya función era la de asumir los proyectos de menor volumen de Rover. Se acudió entonces a tres fabricantes externos para que cada uno creara un prototipo basado en el F-16 bajo una serie de directrices.

El PR1, creado por Motor Panels, era de motor delantero y tracción delantera. El segundo prototipo, el PR2, fue construido por Reliant sobre el chasis de un Scimitar SS1 con motor delantero y tracción trasera. Por último, el PR3, creado por ADC era un tracción trasera con el motor situado en el centro. El motivo era estudiar cuál era el mejor concepto para la creación del F. Era el ‘germen’ del MG F/TF.

Finalmente, tras numerosos estudios y pruebas, el diseño del motor central fue el elegido por la división de proyectos especiales de Rover. Para vestir definitivamente al PR3 de producción se iba a recurrir a las líneas vistas en el
prototipo EX-E presentado en Frankfurt. MGA Developments y Gerry McGovern, los responsables del diseño, se encargaron de imprimir personalidad propia al MG F. De esta forma, la historia del MG F comenzaba en los concesionarios en 1995.

MG F TF

El modelo de producción

Después de una década de productos anglo-japoneses por parte de Rover, el MG F suponía el primer coche 100% británico producido por Rover desde el Montego. Recordar que por aquellos entonces Honda tenía el 20% de Rover y era común el empleo de plataformas y motores nipones. El exterior era de diseño suave y estilizado. Se huía del empleo de líneas de estilo innecesarias, jugando principalmente con volúmenes redondeados.

El frontal estaba capitalizado por unos grandes faros redondos y la parrilla hacía un guiño a los modelos MG del pasado. Las tomas de aire delante del paso de rueda trasero eran un claro indicativo de que estábamos ante un coche de motor central. Uno de los principales elementos diferenciales que traía el MG F respecto de sus competidores, era su sistema de suspensión Hydragas.

Este tipo de esquema era tremendamente complejo, a la vez que compacto e ingenioso. Se utilizaba un doble triángulo superpuesto donde el elemento elástico era una botella de nitrógeno unida al brazo superior. Además, tenía la particularidad de que el tren delantero estaba interconectado con el tren trasero. De esta forma se tenía control total de los movimientos del coche en curva.

MG F TF

Desgraciadamente, los problemas de fiabilidad de este sistema llevaron a Rover a deshacerse de él cuando se lanzó la revisión del modelo, el MG TF. Para el restyling, además de sustituir el sistema Hydragas, se modificó el frontal dotándolo de un diseño más orgánico y moderno. Añadirle la T al nombre no era por otra cosa que para hacer referencia a uno de los modelos más míticos de la marca, el TF de 1954.

Interior y motores del MG F/TF

Si por algo se caracterizan los coches ingleses es por su refinamiento interior. El del MG era claramente más sofisticado en cuanto a diseño y calidades que sus principales rivales. Disponía de unos cómodos asientos, que en las versiones más caras estaban tapizados de un excelente cuero de varios colores. Asimismo, incrustaba madera y aluminio en un diseño de salpicadero de doble cabina.

Detrás de los asientos de los pasajeros encontrábamos los famosos motores de la serie K de Rover en configuración de 1.6 y 1.8 litros. Famosos por dos aspectos: en primer lugar, eran motores con una gran ingeniería detrás de ellos. Fabricados íntegramente en aluminio, eran compactos y muy ligeros. Además, la versión más potente montaba el sistema VVC (Variable Valve Control) diseñado por Rover.

MG F TF

En segundo lugar, eran famosos también, por sus problemas de sobrecalentamiento y roturas de junta de culata. Estaba disponible en potencias de 115 CV para la versión 1.6 y de 145 y 160 CV para la versión de 1.8 litros. Este último, con el comentado control de alzada de válvula. Todos ellos eran únicamente en gasolina. Como curiosidad, comentar que estos motores fueron empleados en los Lotus Elise S1 y Caterham Seven.

Un gran coche con un gran problema

Con todo, el MG F/TF era un coche 100% britanico y así se sentía. Con su interior refinado, su sistema de suspensión Hydragas y su dirección asistida eléctrica era un coche cómodo para viajar. Un gran coche que tuvo un gran problema, el Mazda MX-5. Si lo pensamos realmente, todos los roadster económicos de la época tuvieron el mismo problema. Tanto el Fiat Barchetta, como el Lotus Elan, como este MG F/TF se vieron empañados por el MX-5.

Cuando lo probaron los periodistas en la época, prácticamente todos coincidían en lo mismo al compararlo con el MX-5. El nipón se sentía más dinámico, más directo… y más deportivo al fin y al cabo. El británico era más un gran turismo, que pese a su disposición de motor central tenía unas reacciones más nobles y predecibles que, por ejemplo, un Toyota MR2 con idéntica configuración.

Sin embargo, al fin y al cabo eso eran los MG de antaño, convertibles biplaza con tacto deportivo para hacer kilómetros y disfrutar al volante. Actualmente, no hay muchas unidades en el mercado de segunda mano en España. Las que hay las puedes encontrar entre los 3.000 y los 8.000 euros, tanto para el T como para el TF. Las versiones más interesantes son las más potentes que montaban la tecnología VVC, pero son muy difíciles de encontrar. Eso sí, en igualdad de condiciones será más barato que un MX-5 y uno de los grandes olvidados de nuestro mercado.

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