Olvídate del spoiler que te he hecho con la foto de portada y piensa, por un instante, en los mejores deportivos de los años 90. ¿Qué modelos te vienen a la mente? Probablemente serán los mismos que los que vas a poder ver a continuación. Coches absolutamente espectaculares que se fabricaron en una época muy especial, porque fueron los últimos deportivos del Siglo XX y recogieron la herencia de la década anterior.
Cuando las marcas iniciaron el desarrollo de sus deportivos más exclusivos en los años 80, se centraron principalmente en dejar a la gente con la boca abierta en todos los sentidos. Por un lado en términos de diseño -quién no recuerda modelos como el Lamborghini Countach o el Ferrari F40-, pero por otro en términos de prestaciones. No había límites en ningún sentido, y varias marcas empezaron a experimentar con turbos en el motor y tracción total en las ruedas.
Pues bien, ese laboratorio de pruebas que se inició en los años 80 culminó en la última década del siglo con los mejores deportivos de los años 90. Modelos que se sumaron a la locura colectiva de esos años pero que empezaron a trabajar también otros aspectos, para no tener una conducción tan radical y ofrecer unas prestaciones espectaculares con un nivel de refinamiento más elevado.
Eso sí, aunque parezca relativamente reciente, de 1990 hace exactamente 30 años. Así que olvídate de tecnologías modernas, ya que estos coches prácticamente ni equipaban elementos de seguridad tan básicos como los airbags o el ABS. Aquí, como en los 80, solo estaba la máquina y el conductor. Y era importante que sus habilidades fueran buenas, porque en muchas ocasiones la potencia era superior a los 500 CV y a menudo se dirigían únicamente al eje trasero. ¡Qué locura! Venga va, que seguro que tienes ganas de saber si mi elección y la tuya ha sido la misma. Aquí tienes los mejores deportivos de los años 90.
Los mejores deportivos de los años 90
Bugatti EB110
No, Bugatti no nació con el Veyron, y de hecho ya conseguía batir récords cuando no estaba tan de moda hacerlo. El Bugatti EB110 es uno de los mejores deportivos de los años 90 principalmente por su exclusividad y sus prestaciones. Su creación tiene mucho que ver con un nombre propio: Romano Artioli. Este empresario italiano (propietario también en su día de la marca Lotus) rescató del olvido a Bugatti e inició un proyecto para fabricar un superdeportivo desde cero, que acabó fraguando en el EB110.
Un deportivo que debe su nombre al fundador de la marca (Ettore Bugatti) y al 110 aniversario de su nacimiento, que se produjo justo cuando el EB110 vio la luz en 1991. Como Artioli había rescatado una marca que llevada décadas sin fabricar ningún coche, no tuvo ningún tipo de vínculo con el pasado que lo limitara a la hora de fabricar un modelo nuevo. Es por ello que el diseño del EB110 es tan característico, y también el motivo de que su motor y sus prestaciones sigan siendo impresionantes a día de hoy.
Su motor era un impresionante bloque V12 de 3.5 litros y 4 turbos (sí, como el Chiron actual) que desarrollaba una potencia de entre 560 y 600 CV en función de si lo equipaba la versión normal o la Super Sport. Todo ello en un coche que pesaba 1.618 kg gracias al uso de un monocasco de fibra de carbono y diversas piezas fabricadas en aluminio, magnesio o titanio.
Su velocidad máxima es espectacular, especialmente tratándose de un coche de 1991: 342 km/h. Y aceleraba de 0 a 100 km/h en tan solo 3,6 segundos, por lo que rápidamente se convirtió en uno de los coches más rápidos del mundo, y evidentemente en uno de los mejores deportivos de los años 90.
Ferrari F50
Si en los años 80 el encargado de representar a Ferrari como su modelo culmen era el F40, en los años 90 fue el turno del F50. Un deportivo que debía encargarse de celebrar por todo lo alto el 50 aniversario de la marca italiana, y que aprovechó tanto como pudo la tecnología de la F1 para aplicarla a un coche de calle.
Y cuando digo tanto como pudo, es tanto como pudo. Porque el primer elemento que utilizó fue la aerodinámica. Basta con comparar al F40 y al F50 para ver que en este último algo había cambiado, porque el F50 se diseñó en el túnel de viento. Además, su motor estaba anclado al chasis y su monocasco era de fibra de carbono. Vamos, que excepto por el hecho de que adoptó una caja de cambios manual en lugar de una automática, en todo lo demás era casi como un Fórmula 1.
Si el F40 montó un V8 biturbo, en este modelo Ferrari optó por un delicioso motor V12 de 4.7 litros. Entregaba una potencia de 520 CV a 8.000 rpm, alcanzaba una velocidad punta de 325 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en tan solo 3,5 segundos. Eso sí, para los tifosi el F50 no ha sido recordado como uno de los mejores Ferrari de la historia, a pesar de sus espectaculares prestaciones. Si no lo quieren ya me lo quedo yo…
Jaguar XJ220
Hoy en día Jaguar es considerada como una marca premium que fabrica berlinas y SUV de lujo y algunos deportivos. Pero deportivos «normales», no superdeportivos con cifras mareantes. Pero esto no siempre ha sido así, ya que la marca británica tuvo una época en la que quiso entrar en el juego de tener el coche más rápido del mundo. Y lo cierto es que lo logró, aunque solo fuera durante unos años.
Cuando en 1992 la marca presentó el XJ220 dejó claro, simplemente con su nombre, que iba muy en serio. Porque la cifra del nombre respondía a la velocidad máxima del vehículo en millas por hora, tal y como había hecho años atrás con el XK120. Pues bien, el modelo elegido para conseguir batir el récord de velocidad era todo un mastodonte, muy estilizado en términos de diseño y en el que se notaba el buen trabajo aerodinámico que había detrás.
El XJ220 debía montar inicialmente un motor V12 con tracción total derivado directamente del XJR-9 que había ganado en Le Mans, pero el coste de trasladar esa tecnología a un coche de calle era prohibitiva. En su lugar se apostó por una configuración algo menos emocionante, pero que acabó resultando muy efectiva. El motor elegido fue un V6 biturbo de 3.5 litros que generaba una potencia de 542 CV y un par de 644 Nm.
Su buena aerodinámica, su elevada potencia y un peso de tan solo 1.372 kg, hicieron el resto. Jaguar probó la velocidad punta de su coche, y aunque no llegó a las 220 mph esperadas (354 km/h) alcanzó las 217. Vamos, que durante un par de años ostentó el título de coche más rápido del mundo con una velocidad de 349 km/h, y todavía a día de hoy sigue siendo considerado como uno de los mejores Jaguar de la historia y, sin duda, como uno de los mejores deportivos de los años 90. ¿Por quién fue superado? Dentro de un par de modelos te lo cuento…
Lamborghini Diablo
El Lamborghini Diablo nació en los 90, pero su espíritu era más propio de los años 80. Principalmente porque era un coche que tenía muchos problemas de base: la visibilidad era nula, vibraba mucho, era muy difícil de conducir, la caja de cambios era muy poco precisa y además el calor del motor fundía los faros traseros y partes de la carrocería. Pero a pesar de ello, es considerado como uno de los mejores deportivos de los años 90, y no solo lo entiendo sino que lo comparto.
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Me da igual que tuviera todos estos problemas, porque no es un utilitario para ir al trabajo sino un coche de ensueño. Además, si quería de algún modo tratar de superar al Countach tenía que ser un modelo radical… para tratar de conseguirlo, Lamborghini montó un bloque V12 de 5,7 litros cuya potencia era de 492 CV y su par de 579 Nm.
Con este motor no se convirtió en el coche más rápido del mundo, pero tampoco le hacía falta. Porque este coche era más bien una reminiscencia de los 80, un modelo que se presentó en 1990 pero que debería haberlo hecho unos cuantos años antes, ya que su conducción, sus prestaciones y su espectacular diseño en forma de cuña es propio de la década anterior. Además, durante su desarrollo Lamborghini se encontraba bajo la dirección de Chrysler, pero al final de su comercialización la marca había pasado a manos del Grupo VAG.
Esto comportó que a finales de la década de los 90 se eliminaran la mayoría de los problemas que tenía el Diablo de inicio, de modo que hasta que no acabó su periodo comercial no se convirtió realmente en uno de los mejores deportivos de los años 90. Hay que pensar que sus últimas versiones fueron las apellidadas GT y 6.0 VT, y ese motor que se había actualizado hasta alcanzar los 575 CV era una delicia por sonido y prestaciones.
McLaren F1
El último de los mejores deportivos de los años 90 merece un capítulo aparte. Porque sencillamente fue el mejor en su década y probablemente siga siendo el mejor 30 años después. El concepto es absolutamente espectacular, porque dispone de un monocasco de fibra de carbono pero de un habitáculo con tres asientos, estando el del conductor situado en posición central y más adelantado que el resto.
Un conductor que tiene que tratar de controlar un motor absolutamente espectacular, y que fue fabricado por BMW. ¿Os acordáis del BMW M8 que jamás se pudo llegar a fabricar, y del cual os hablamos en el artículo dedicado al BMW 850 CSi? Pues bien, fue el que la marca alemana escogió para dar vida al espectacular superdeportivo británico.
Para introducirlo en el vano motor del McLaren F1 realizaron algunos cambios, y el resultado final fue un bloque atmosférico V12 de 6.1 litros que generaba una potencia de 635 CV y un par de 649 Nm. Como dato curioso, este motor generaba tantísimo calor que hubo que utilizar oro para recubrir el compartimento del motor. Ya te puedes imaginar que muy barato no iba a ser…
El resultado final fue el de conseguir el coche más rápido del mundo, superando a todos los fabricados anteriormente y registrando una cifra prácticamente inalcanzable para el resto de marcas. En circuito el McLaren F1 aceleraba de 0 a 100 km/h en tan solo 3,2 segundos, y seguía así hasta los 386 km/h. No hay más preguntas, señoría.
Lo mejor de todo es que hoy en día, prácticamente tres décadas después, el McLaren F1 sigue siendo el coche con motor atmosférico más rápido de la historia. Existen ya unos cuantos modelos que han superado con creces su velocidad máxima, pero todos ellos recurren a la sobrealimentación en sus motores. Y parece que este va a ser el camino a seguir, hasta que se empiecen a batir récords con coches eléctricos. Así pues, seguramente el McLaren F1 podrá conservar su título de atmosférico más rápido del mundo, y evidentemente el de ser uno de los mejores deportivos de los 90.
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Mis padres dicen que cuando era pequeño me aprendí antes las marcas de coches que la tabla del 1. Ahora me sé todas las marcas, pero si sumo 2+2 me da decimal. Los coches son mi pasión, mi sueño era probarlos y escribir sobre ellos algún día… y aquí estoy. Aunque bueno, también me gusta la pizza y no ando escribiendo de ella por ahí.