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Adivina: ¿qué tienen en común el Mazda RX-7 y el Citroën Xantia?

Dos grandes coches, que no pueden ser más diferentes.

Mazda RX-7 Citroen Xantia

En tiempos de confinamiento es buen momento para aprender, por eso en HolyCars os vamos a plantear ciertas curiosidades que probablemente no sabías hasta hoy. Dicen que nunca te acostarás sin saber algo nuevo y probablemente ni en mil vidas habrías imaginado que el Mazda RX-7 y el Citroën Xantia podrían tener algo en común.

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Y es que son dos coches radicalmente opuestos. El Citroën Xantia es uno de los mejores Citroën y una de las berlinas más interesantes de su tiempo. Un sedán cuyo emblema era la fantástica suspensión neumática, capaz de dotarle de un comportamiento dinámico de primer nivel. ¿Quién no recuerda con nostalgia esa manera de girar plano del Citroën Xantia Activa?

El Mazda RX-7 es un superdeportivo con motor rotativo de 255 CV, aunque en Europa llegó con un motor algo menos potente. Tuvo diferentes versiones y sin duda sorprendió por su comportamiento, su diseño y las sensaciones que aportaba su motor rotativo 13B-REW, un motor que hizo historia al incorporar un doble turbo que dio mucho juego entre los preparadores. ¡Tiene que estar sí o sí en la lista de los mejores Mazda de la historia!

Son dos coches muy diferentes, antagónicos me atrevería a decir. Entonces, ¿qué tienen en común el Mazda RX-7 y el Citroën Xantia?

Mazda RX-7 y Citroën Xantia, ¡comprados en pareja!

¿Perdona? ¿De qué demonios estás hablando? Bueno, antes que te pongas más nervioso te explico. Los coches como tal no tienen absolutamente nada en común, pero se da una circunstancia que los relacionaba de manera directa. Efini.

Citroën Xantia Activa

Que ¿qué demonios es Efini? Mazda a principios de los 90 estaba obsesionada con una idea: crear diferentes marcas para posicionar mejor sus productos. Es curioso porque creó dos marcas diferenciadas, ambas con el objetivo de alcanzar un segmento más premium. La más conocida fue Eunos, con joyas como el Cosmo o el Roadster, la primera generación del Miata.

La segunda fue Efini, que se quería posicionar como la más extravagante y exclusiva, para plantar cara a marcas como Mercedes o BMW. Tal fue la importancia que le quiso dar Mazda, que en Japón el nombre oficial de este superdeportivo era Efini RX-7 y se comercializaba bajo esta marca, no bajo Mazda.

Y una de las grandes curiosidades es que Efini tenía sus propios concesionarios, que contaban con una atención personalizada y en general, un servicio más premium. La gama estaba formada por vehículos de todo tipo y color, aunque los más famosos fueron el RX-7 y el MS-9, un sedán de lujo basado en el Mazda Sentia.

¿Qué tiene que ver el Citroën Xantia con el Mazda RX-7?

Pues aquí viene lo más gracioso. Efini se convirtió en el principal distribuidor de Citroën en Japón y en sus concesionarios podrías un comprar un Mazda RX-7 y un Citroën Xantia a la vez. ¿Pensabas que Citroën jamás se había vendido en Japón? Pues sí, y se vendían como productos premium y de lujo, en concesionarios considerados como de alto nivel.

Efini estuvo en pie desde 1991 hasta 1997, cuando Mazda volvió a poner nombre a todos sus productos. En ese tiempo, en Japón se podían comprar el Citroën Xantia y el Citroën XM: lamentablemente no he podido encontrar las cifras de ventas de ambos sedán franceses, pero sin duda sería interesante saberlo.

Así que ya lo sabes: el Citroën Xantia y el Mazda RX-7 tuvieron un pasado común durante algún tiempo. Eso sí, aparte de su espacio en el mismo concesionario, tenían poco más que ver. ¡Vaya dos cochazos!

 

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