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Lotus Omega: una berlina con alma de competición

Lamentablemente este tipo de vehículos no volverá jamás. Y por eso merece ser recordado.

lotus omega

Se suele decir que cualquier tiempo pasado fue mejor. Los mejores deportivos de los años 80 lo corroboran. Y modelos como el Lotus Omega también. Una berlina deportiva que ponía los pelos de punta. ¿O mejor decir superdeportiva? Este coche representa otra era. Una época en la que lo que más importaba a la hora de comprar era las sensaciones; o al menos suponía una de las prioridades en la decisión de hacerte con un modelo u otro.Suscríbete al canal de YouTube de HolyCarsY en eso, amigo mío, el Lotus Omega tenía mucho ganado. Era un vehículo que se salía de todo lo normal. A día de hoy, las berlinas están de capa caída debido a los SUV. Sin embargo, a principios de los 90, antes incluso de la llegada de los monovolúmenes, vivieron una época dorada. E incluso las marcas generalistas se permitían hacer versiones deportivas como esta. Aun así, aquí debajo te dejo un vídeo de un superdeportivo moderno de los que aún merecen la pena.

El Lotus Omega, un unicornio

Debes saber que el Opel Omega participaba en el DTM a finales de los 80 y principios de los 90. Por aquella época, generalistas y premium ofrecían sus opciones en este segmento y la diferencia de precio entre ambas alternativas no era la que existe ahora. Sin embargo, lo de esta versión deportiva era excepcional. 382 CV de potencia y un enfoque completamente radical. Tanto que hizo temblar al BMW M5 E34.

Todo comenzó cuando General Motors compró Lotus en 1986. La mezcla siempre flotó en el ambiente hasta la fabricación del Lotus Omega. Una berlina que realmente era un Opel… pero con alma de Lotus. Perfecto. ¿La idea? Plantarle cara al mencionado M5 llevando a esta berlina a convertirse en el Opel más potente de siempre. Para ello utilizaron como base un motor 3.0 de gasolina con seis cilindros en línea.

lotus omega

Un bloque que ya utilizaba este coche, y con el que rendía 204 CV. Sin embargo, después de que pasase por las manos de los ingenieros de Norfolk, la cosa se puso mucho más seria. 3.6 litros, un intercooler, refuerzos específicos y dos turbos después, el resultado se quedaba en los 382 CV y en un par motor máximo de 567 Nm. Lo consiguieron: fabricaron la berlina más rápida del mundo.

La caja de cambios fue la que usó el Corvete ZR1, una transmisión manual firmada por Tremec. Además, el Lotus Omega incluyó frenos AP Racing y un autoblocante trasero de Holden. Con todo esto, registraba una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y su velocidad punta era de 283 km/h. No obstante, cuentan las malas lenguas que algunas unidades llegaron hasta los 300 km/h. Con este cóctel, me lo creo.

¿Y qué hay de su estética?

Pues mire usted, mucho más radical que la variante comercializada por Opel. El Lotus Omega contaba con unas llantas de 17 pulgadas con gomas específicas y con una carrocería ensanchada. Asimismo, el capó disponía de unas tomas de aire espectaculares. Por dentro llamaban la atención su volante deportivo, sus asientos Recaro de cuero y un velocímetro que marcaba 300 km/h.

lotus omega

Recuerdo perfectamente mi infancia mirando instrumentaciones para encontrar cifras de ese calibre. Una tarea que era cualquier cosa menos sencilla. Para que te hagas una idea, hubo una persecución mediática para que se bajase la velocidad máxima de esta berlina. Pero su potencial clientela no estaba por la labor. No al menos cuando iba a pagar más de 100.000 euros al cambio por un coche. A día de hoy están carísimos y es difícil encontrar uno, y mucho más por menos de 60.000 euros.

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