En esta ocasión hablamos del “coche usado altamente comprable” para todo amante de los coches. Ese no es otro que el Lotus Elise. Tanto la primera como la segunda generación (dejamos fuera la tercera, ya que se está comercializando actualmente) son dignos de estar aquí. Pero déjame que elija al Lotus Elise S2 de segunda mano para ser el protagonista de esta edición por la mayor oferta existente.
Cuando ponemos a Lotus sobre la mesa, a todos nos evoca el mismo sentimiento. Coches deportivos creados para deleitar al conductor con su manejo y prestaciones. Al fin y al cabo, coches que marcan la esencia pura de conducción. Y el Elise no es para menos. Un coche de motor central y tracción trasera en el cual la ligereza, la ingeniería y la sofisticación en la construcción priman por encima de la potencia. Si estás pensando en hacerte con un Lotus Elise S2 de segunda mano, aquí te cuento qué lo hace tan especial y qué has de mirar para comprar una buena unidad.
Historia del Lotus Elise
Pero primero vayamos con un poco de historia del modelo. Tras la muerte del hombre que fundó la compañía, Anthony Colin Bruce Chapman, Lotus no pasaba por su mejor situación económica. Como resultado de ello, en 1986 fue adquirida por los americanos de General Motors. Junto a ellos, Lotus desarrolló la segunda generación del Elan. El genial roadster biplaza de tracción trasera de la primera generación, que inspiró el primer MX-5, dio paso a un roadster de tracción delantera.
Pese a que el Lotus Elan M100 (como era conocida la segunda generación) era, y es, uno de los mejores coches de tracción delantera jamás fabricados, fue considerado por muchos como un Lotus impropio. Esto, sumado al tremendo éxito del MX-5 que copiaba la fórmula del Elan original y que acabó por robarle su cuota de mercado, hicieron que el Elan M100 fuera un absoluto fracaso. Hecho que propició que General Motors pusiera en venta la compañia.
En 1993, Lotus caería en manos de Romano Artioli, propietario en ese momento de Bugatti. Artioli se marcó como objetivo crear un coche que representara lo que debían ser los Lotus del futuro. Afortunadamente, no se olvidó de Colin Chapman y sus principales valores a la hora de crear un coche: ligereza e ingeniería avanzada. De esta forma nacería el proyecto M111, que posteriormente daría lugar al Elise de primera serie que todos conocemos.
El Elise S1 era un coche de motor central y tracción trasera, montado sobre un avanzadísimo chasis de aluminio extruido. Para vestirlo se utilizó una carrocería de fibra que hacía que el peso del conjunto apenas superase los 700 kg. De esta forma, el Elise básico podía hacer el 0 a 100 km/h en tan solo 5,8 segundos pese a los, a priori, escasos 120 CV del motor serie K de Rover. La obsesión por el peso era tal que se llegaron a montar incluso discos de freno de aluminio, que ahorraban varios kilos respecto a los de acero.
Nacimiento de la segunda serie
A principios de siglo la normativa sobre la protección ante colisiones cambió, y el S1 no la cumplía. De esta forma Lotus se vio obligada a crear un nuevo proyecto para poder pasar los test. Como casi siempre a lo largo de la historia, la marca atravesaba dificultades económicas. Por ello recurrió a su ex-propietario, General Motors, en busca de colaboración para crear el nuevo Elise. De esa colaboración nacerían dos modelos.
Lotus se encargaría de fabricar tanto el Elise S2 como el roadster biplaza americano que acabaría convirtiéndose en el Opel Speedster. Así, ambos modelos compartirían plataformas y General Motors asumiría gran parte de los costes de desarrollo. A finales del año 2000 veríamos por primera vez la segunda generación del Elise. Un coche que sería completamente fiel al modelo original pero con una nueva imagen más agresiva y musculosa.
Exterior e interior del Lotus Elise S2
Algo que ayuda a enfatizar ese mayor carácter agresivo son las ópticas delanteras, mucho más rasgadas y montadas sobre los pasos de rueda. Se encuentran acompañadas por un frontal más acuñado y una toma de aire más grande para mejorar la aerodinámica. En el lateral, destaca por encima de todo su gran toma de aire, que nos dice que estamos ante un coche de motor central. La trasera, por su parte, mantenía los cuatro pilotos redondos del S1 pero en este caso aderezados por un difusor más grande y un alerón en forma de cola de pato más marcado.
En un coche exclusivamente diseñado y fabricado para conducir, poco importa más allá que eso. El interior es tremendamente simple y espartano, para no ofrecer ningún tipo de distracción al conductor. Todo el habitáculo se siente como un coche de carreras. Entrar ya es complicado por su baja altura. No dispone ni de moqueta para ahorrar peso, por lo que el chasis de aluminio es visto. Los asientos de tipo baquet, el volante pequeño y la palanca de cambio cerca del propio volante terminan de culminar la sensación de deportividad que transmite.
Lotus Elise S2 de segunda mano: ¿Por qué es interesante?
Después de contarte que el Elise es un coche hecho para el deleite de su conductor, resulta obvio por qué es interesante comprar este coche. Hablar de este roadster de motor central como un coche usado altamente comprable es hablar directamente de su técnica y dinámica. Como ya te he contado antes, el Lotus Elise S2 está montado sobre la obra de ingeniería que era su chasis de aluminio extruido unido con pegamento epoxídico. El S2 era algo más pesado que su antecesor y llegaba hasta los 830 Kg, pero aun así seguía siendo tremendamente ligero.
Por otro lado, como no podía ser de otro modo la suspensión estaba compuesta por un sistema de doble triángulo superpuesto tanto delante como detrás. Además, se montaban unos amortiguadores Bilstein de gas que hacían que el coche fuera una tabla en carretera, pero sin llegar a ser excesivamente duro.
El conjunto de frenado corría a cargo de unos discos de 282 mm (enormes para lo que pesaba el coche) y unas pinzas AP Racing. Eso sí, como ya te he dicho, es un coche que evoca la sensación más pura de conducción, y por ello no montaba ni ABS ni servofreno. Sin duda, algo que tendrás que tener muy en cuenta si quieres hacerte con un Lotus Elise S2 de segunda mano.
Los primeros modelos del S2 se lanzaron con el mismo motor serie K de Rover del S1 y del que ya te hablamos en el artículo del MG F/TF. Pero tras la quiebra de Rover los de Lotus recurrieron a Toyota y a su 1ZZ-FE para montarlo en el S2. Los bloques de origen inglés estaban disponibles con 120, 136 y 156 CV de potencia, mientras que los de origen japonés alcanzaban los 192 CV en su variante atmosférica o los 220 CV en su variante sobrealimentada por compresor.
Lo sé, quizás no hayas quedado demasiado sorprendido con las cifras de potencia, pero recuerda su ligerísimo peso. En cualquier caso, el Elise no busca cifras frías de potencia o aceleración, es muchísimo más que eso. Es, por encima de todo, sensaciones puras. Es un coche, cuya dirección te ofrece información del más mínimo detalle de la carretera a través del aro de volante. Un coche con el que puedes sentir en el pedal de freno la cantidad de fuerza de frenado que están aplicando las pastillas. En definitiva, un coche para conducir sin importar el destino.
Precio del Lotus Elise S2 de segunda mano
Si vas detrás de uno de estos cacharros ya sabes qué es lo que vas buscando. Pero, si te ha entrado el gusanillo tras leer el artículo debes de saber que no es un coche usable a diario. Apenas tiene capacidad de maletero, es complicado entrar en él por su altura y es incómodo de conducir por ciudad ya que no tiene dirección asistida. Ahora bien, todo ello pasa a un segundo plano cuando te pones sus mandos.
Los precios de esta obra de la ingeniería automovilística no son bajos. El Lotus Elise S2 de segunda mano podemos encontrarlo a partir de los 25.000 euros, aunque se empiezan a ver más unidades rondando los 30.000 euros. Las versiones SC con compresor volumétrico pueden rondar fácilmente los 35.000 euros. Pero sinceramente, no es un coche en el que necesites potencia para disfrutar. Es un deportivo en el que puedes llegar a experimentar las mismas sensaciones tanto con el motor de 120 CV como con el sobrealimentado de 220 CV.
Sin duda, lo más inteligente sería buscar una unidad lo más cuidada posible y sin problemas, dejando la potencia en un segundo plano. A la hora de buscar una buena unidad hay que tener en cuenta un par de aspectos. Por un lado, está el tema del motor Rover. Los propulsores de la serie K de los británicos son conocidos por sus problemas de junta de culata y refrigeración. No te digo que no te compres un Lotus Elise S2 de segunda mano con este motor, simplemente que lo tengas en cuenta para no atizar al coche en frío. O directamente sustituirla por la junta multilamina reforzada del Land Rover Freelander.
Otro aspecto por el que debes preocuparte es por la corrosión del chasis. Sí, te he dicho que el chasis era de aluminio, pero se une con piezas de acero en las que sí que puede aparecer corrosión. Más allá de eso no es un coche que lleve demasiados sistemas que se puedan estropear. Mi consejo y recomendación es simple: si estás buscando un Lotus Elise S2 de segunda mano para comprarlo, ¡hazlo!. Desgraciadamente en el futuro pocos coches vamos a encontrar que ofrezcan esta sensación de conducción a este precio.
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Si de pequeño Obélix se cayó a una marmita llena de poción mágica, yo me caí dentro de un gran bidón de gasolina. Desde entonces todo lo que lleve cuatro ruedas y se conduzca con un volante se ha convertido en mi gran pasión. Ahora tengo la suerte de poder compartirlo a través de HolyCars.