Cuando hablamos del segmento de los superdeportivos, suele ser frecuente asociarlo a desembolsos asumibles por unos pocos y a cifras de producción extremadamente bajas. Sin embargo, Lamborghini siempre ha sabido cómo ganarse al público y el Aventador es prueba irrefutable de ello. Y es que el superdeportivo de los de Sant’Agata Bolognese lleva en activo desde el año 2011, lo que se traduce en nueve años de rotundo éxito después de haberse expuesto a diferentes renovaciones: uno de los mejores Lamborghini de la historia.
Pero es que la gente de Lamborghini demuestra de manera fehaciente su buen trabajo tras producir la unidad número 10.000 de su ilustre Aventador. Así es, ya se han fabricado 10.000 Aventador desde que entró en las filas de fabricación de la firma italiana, y lo que le otorga un nuevo récord al toro más feroz.
Lamborghini Aventador: un rotundo éxito
Pero es que además del éxito cosechado por el Aventador, la unidad número 10.000 ha coincidido con una de las variantes más espectaculares del superdeportivo italiano. Y es que la última renovación del Lamborghini Aventador llegó arropada por el apellido SVJ, siglas que se encargan de representar al máximo exponente de la deportividad.
Y es que el Lamborghini Aventador SVJ recurre a un propulsor V12 atmosférico de 6.5 litros capaz de producir 770 CV y 720 Nm de par. ¿Sobre el asfalto? Un o a 100 en 2,8 segundos y una velocidad máxima de 350 km/h. Si esto no fuera suficiente, el afortunado propietario de no solo la unidad 10.000, sino también de una de las 900 unidades producidas del SVJ, ha decidido añadir más exclusividad al conjunto.
Esto ha sido posible de la mano del departamento Ad Personam de Lamborghini, el cual permite a sus clientes más especiales crear configuraciones únicas y exclusivas para sus modelos. En esta ocasión, este Aventador SVJ ha abandonado la factoría de Sant’Agata Bolognese portando el color Grigio Acheso combinado con una tapicería especial rematada en Rosso Mimir.
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Amante de los coches desde que tengo uso de razón. Con el paso del tiempo descubrí que aporrear teclas también me gustaba, así que ahora combino ambas pasiones en Holycars.