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Los grandes clásicos: historia del Nissan 240Z (Z29)

El deportivo asequible de los años 70.

Historia del Nissan 240Z

Estamos de estreno en HolyCars. Con este artículo arrancamos una sección destinada a repasar la historia de los grandes clásicos que marcaron una época y que hoy día todos quisiéramos tener en nuestros garajes. Coches que, sin duda, serán recordados por los tiempos de los tiempos, y que cuando se lanzaron al mercado ya se sabía que  iban a entrar en el salón de la fama del mundo del automóvil. Esta primera edición nos servirá para repasar la historia del Nissan 240Z.

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Si eres un verdadero apasionado del motor, probablemente en alguna ocasión te ha saltado el deseo de tener en tu garaje uno de estos deportivos japoneses. El Nissan 240Z, Datsun 240Z o Fairlady 240Z, como queráis llamarle, se ha convertido con el pasar de los años en uno de los más grandes mitos automovilísticos japoneses. Sus líneas puras y fluidas, su buen manejo y las sensaciones que transmitía, desde luego han contribuido a ello. Sin más dilación, repasemos ahora la historia del Nissan 240Z paso a paso.

Los mejores Nissan de la historia, ¡también con tu voto!

Los inicios del Fairlady

Para conocer la historia del Nissan 240Z, el primero de toda la saga Z de Nissan, conviene contar por encima la historia de la compañía y de sus deportivos. Después de la Segunda Guerra Mundial, y una vez la compañía fue capaz de reconstruir sus fábricas y comenzar la venta de modelos de gran volumen, la dirección empezó a pensar en fabricar deportivos y descapotables para mejorar su imagen de marca.

Así nació el Fairlady. Un roadster compacto, con motor longitudinal y tracción trasera inspirado por los pequeños roadster biplazas británicos. Ciertamente el modelo original no se sentía ni deportivo ni rápido, ya que inicialmente se lanzó con un pequeño motor de poco más de un litro de cilindrada. Con el paso de los años esto se fue solucionando con la incorporación de suspensiones más elaboradas y motores más potentes, alcanzando los dos litros de cubicaje en 1967.

Historia del Nissan 240Z

Como dato curioso en la historia, el nombre de Fairlady surgió cuando el presidente de Nissan fue a ver el musical de “My fair lady” y pensó que sería un buen nombre para un coche. Anécdotas aparte, el coche se vendió razonablemente bien y las versiones de mayor cilindrada -conocidas como 1600 y 2000- ya eran rivales dignos para los MGB y Triumph de la época. Sin embargo, el por aquel entonces responsable del mercado estadounidense, Yutaka Katayama, así como otros directivos, empezaron a presionar para que Nissan fabricara un modelo coupé basado en los requisitos de los clientes americanos.

El precursor del Z: Yukata Katayama

Yukata Katayama era un tipo especial al que le encantaban los coches deportivos y fue uno de los responsables de que hoy podamos contaros la historia del Nissan 240Z. Fue en 1957 cuando Katayama comenzó a escribir su nombre en la historia de Nissan. En ese año convenció a la gerencia de la compañía de que competir dentro de algún programa de carreras sería positivo para la imagen de la marca mundialmente. En esos momentos la directiva era bastante conservadora y tenía miedo de que un fracaso pudiera manchar su trayectoria.

Por ello, permitieron a regañadientes que Yukata compitiera con un equipo en el “Arroud Australia Mobilgas Trial” de 1958 con dos coches bajo la denominación de Datsun. Para quien no conozca Datsun, básicamente era el nombre que adquirían los Nissan de exportación. De esta forma, si Datsun no lo hacía bien no dañaba el nombre de Nissan. Pero esto no fue lo que ocurrió. La fiabilidad de los modelos 210 hizo que ganaran en su categoría, llevándose el reconocimiento de toda la plana mayor de Nissan.

Historia del Nissan 240Z

Tras ello, Katayama fue enviado a Norteamérica como responsable de marketing. Durante su estancia allí fue empapándose de la cultura estadounidense y fue comprendiendo lo que querían los americanos en los coches. Ante la eclosión de los muscle car, Yukata comprendió que lo que buscaban los clientes eran coches potentes y grandes con los que poder cruzar el país de costa a costa. Y estaba claro que los pequeños y poco potentes Nissan de la época no daban la talla.

Inicios de la historia del Nissan 240Z

Para 1965 se dieron lugar dos acontecimientos que serían clave en el desarrollo del Nissan 240Z. El primero fue que el señor Katayama fue nombrado como primer presidente de Nissan USA. El segundo fueron las nuevas medidas de seguridad impuestas a los vehículos descapotables en Estados Unidos, que hicieron que los Datsun 1600 y 2000 tuvieran que cesar su venta de cara a finales de los sesenta. Yukata viajó entonces a Japón para reunirse con la directiva de Nissan.

Su idea era persuadirlos tanto para que fabricaran un deportivo coupé que cumpliera la nueva normativa estadounidense como para que incluyeran en la gama del 510 motores más potentes. Para suerte del señor Katayama Nissan también había estado pensando en fabricar un deportivo con estética tipo coupé. Unos cuantos años antes de esto, concretamente en 1961, los japoneses habían comenzado con el desarrollo de un competidor para los Corvette y Porsche 911 de la época.

Historia del Nissan 240Z

En Nissan se recurrió como diseñador al alemán Albrecht Goertz, que ya había trabajado como consultor externo en la marca. Goertz creó entonces un coupé, conocido como A550X, de cabina retrasada y capó largo con toques de Ferrari 275 GTB. Por aquella época Nissan trabajaba en colaboración con Yamaha para el desarrollo de algunos modelos. Estos se encargaron de fabricar el motor y una maqueta funcional del modelo. Sin embargo, en 1962 Nissan desestimó el proyecto por ser excesivamente costoso y complejo.

El renacer: el proyecto Z

Después de que Nissan desestimara llevar a cabo el proyecto de Goertz, este acabó su colaboración con la compañía. Yamaha decidió llevar a cabo por su cuenta el proyecto presentándoselo a Toyota, y así fue como nació el Toyota 2000GT, uno de los mejores Toyota de la Historia. El proyecto de un nuevo Nissan coupé parecía muerto, pero como te he dicho, los acontecimientos que sucedieron en 1965 fueron claves para el renacer del proyecto. De hecho, el 2000GT sirvió a Katayama para explicarles a los directivos de Nissan cuál era el camino.

Para Toyota, el 2000GT había supuesto un impulso tremendo para su imagen de marca, a pesar de sus bajas ventas. Yukata dilucidó que la raíz de la pobre aceptación del mercado había sido su precio. Por aquel entonces la gente no estaba dispuesta a gastarse el equivalente a unos 100.000 euros actuales en un coche nipón. De esta forma, Katayama convenció a la directiva para crear un deportivo cerrado pero accesible al bolsillo del cliente japonés y estadounidense medio.

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Así, un equipo de diseño liderado por Yoshihiko Matsuo comenzó a trabajar en los primeros prototipos del proyecto Z. Como base para el diseño se tomó directamente el proyecto A550X de Goertz. Sin embargo, adquirió detalles del A680X -un modelo de competición de Nissan- y del Prince R380. Finalmente, tras un periodo de más de cuatro años la historia del Nissan 240Z comenzaba a escribirse para el gran público. El flamante Z fue presentado en el salón de Japón de 1969 y se comenzó a comercializar en 1970.

Nissan 240Z de producción

Cuando salió al mercado el Nissan 240Z supuso una grata sorpresa para todos los amantes de los coches. Hay que tener en cuenta que en la época los fabricantes japoneses se dedicaban a hacer coches baratos y fiables pero sin ningún regusto de deportividad. Cierto es que ya se había visto el anteriormente citado 2000GT, pero su precio lo hacía prohibitivo para la mayoría. El Nissan tenía un planteamiento diferente, era un producto que apuntaba a las masas.

Las líneas que conformaban su carrocería eran suaves y fluidas, estaban esculpidas con tanto mimo que eran casi una obra de arte. De adelante hacia atrás, en la vista lateral, teníamos un enorme capó delantero sobre el que erguía una joroba que anticipaba el gran motor de seis cilindros que montaba. Las formas y superficies estaban tan bien trabajadas que la línea de cintura se marcaba a través de las sombras que producía la luz sobre ellas. Sin nervaduras ni líneas de estilo superfluas.

Historia del Nissan 240Z

Un poco más atrás la marcada caída del techo tipo fastback y los potentes pasos de rueda evocaban la sensación de un coche potente y musculoso. En el frontal, el detalle de los faros redondos sin cúpula y enmarcados por una especie de triángulo estaba inspirado claramente en el Fairlady descapotable. Y la parte trasera estaba dominada por un gran plástico negro que cubría los pilotos traseros.

Interior y motores del Nissan 240Z

El interior del Nissan 240Z ya incorporaba detalles que veríamos después en los Z más modernos. Un buen ejemplo son los tres relojes centrales en el salpicadero, que ya son seña de identidad en los interiores de la saga. Como el coche se había diseñado teniendo en cuenta los estándares americanos, el interior era mucho más amplio que los roadster anteriores. Los materiales empleados eran buenos, pero ciertamente no alcanzaban el nivel de sus rivales europeos. Eso sí, el Z en comparación era mucho más barato, todo hay que decirlo.

La ubicación del asiento hacía que el conductor se sentará muy atrás, con las piernas estiradas y prácticamente pegado al piso del coche. Esto hacia que transmitiera una sensación muy deportiva nada más ponerte a sus mandos. En lo que respecta a motores, salió al mercado con dos bloques. Un dos litros para el mercado japonés y un 2.4 litros para el resto de mercados. De hecho, el nombre de 240Z surgió cuando el señor Katayama tuvo que importar el coche a EEUU y pensó que el nombre de Fairlady no era apropiado.

Tomó el 240 haciendo referencia a la cilindrada del motor y la Z de la denominación interna del proyecto. El propulsor daba 150 CV a 5600 rpm y un par máximo de 200 Nm a 4400 rpm. Posteriormente se instaló el motor S20 de dos litros de los GT-R de la época con 160 CV, aunque su precio hizo que apenas se vendiera. En 1974 se realizó la primera revisión del modelo y el 2.4 se sustituyó por un 2.6 litros y 170 CV, conocido como 260Z. Finalmente, en 1975 apareció el 280Z con un bloque de 2.8 litros e inyección electrónica que igualaba los 170 CV del 2.6 litros.

Historia del Nissan 240Z

Historia del Nissan 240Z: La historia de un campeón

Sin duda, el Nissan 240Z supuso para la compañía un éxito rotundo en ventas. Curiosamente fue el que mantuvo las arcas de Nissan con efectivo durante los años siguientes. El ritmo de unas 40.000 unidades anuales promedio en América dio la razón a Yutaka Katayama. Su buen manejo, su potente motor y su estética de coupé con cabina retrasada fue lo que tanto enamoró a los clientes estadounidenses.

Pero el 240Z no se quedó ahí. Nissan había creado un bastidor lo suficientemente bueno como para ser empleado en competición, y así lo hicieron. En 1971 se homologó un 240Z para rallyes con el mismo 2.4 litros de la versión normal. Ese mismo año conseguiría una victoria en el Rally Safari con absoluta solvencia y dos años más tarde, en 1973, la volvería a repetir. Cabe recordar que el Rally Safari era una de las pruebas más duras del mundial de rallyes por aquel entonces.

Historia del Nissan 240Z

Además, en 1975 se convertiría en el primer coche japonés en correr las 24 horas de Le Mans. Pero donde el Z tuvo una mayor repercusión en el mundo de las carreras fue en América. Nada más y nada menos que nueve fueron las victorias consecutivas del 240Z en el campeonato SCCA-BRE. Por todo lo que te he contado, y por mucho más, la primera generación del Z tiene un aura especial que hace que todos los amantes de los coches queramos uno en nuestros garajes.

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