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Los grandes olvidados #3: Ford Cougar

Diseño atractivo, motor V6 gasolina... pero no triunfó.

Ford Cougar

En nuestra sección «Los grandes olvidados» hoy repasamos la breve pero curiosa historia del Ford Cougar, un coche que seguramente todos habremos visto a lo largo de nuestra vida pero que apenas se vendió y que fue eliminado del catálogo de la marca tras unos pocos años de vida comercial. Eso sí, aunque hoy nos sorprendería mucho que una marca se atreviera a lanzar un modelo de este tipo, a finales de siglo no era algo tan arriesgado. Así que… ¿por qué no triunfó?

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El lanzamiento del Ford Cougar se produjo en 1998 y tenía el objetivo de sustituir al Ford Probe, modelo al que la marca decidió cambiar el nombre por el de Cougar en el mercado europeo. En cambio, en Estados Unidos se comercializaba desde 1967 como Mercury Cougar, así que no les pilló por sorpresa. La gama de Ford en el Viejo Continente cuando llegó el Cougar al mercado contaba con dos modelos de estilo coupé, el Puma y el Cougar.

Ya hemos visto que el Puma se relanzó hace poco en forma de SUV (al menos el Ford Puma ST aportará un poco de deportividad al modelo), pero del Cougar nunca más se supo. Pues bien, un dato curioso: a la práctica Ford vendía sus dos modelos coupé bajo el mismo nombre… porque la palabra cougar quiere decir puma en inglés.

Ford Cougar: un coupé más en la época de los coupés

Ford Cougar

Como te decía, a finales de los 90 y principios de los 2000 había muchos modelos parecidos al Ford Cougar. Peugeot tenía su 406 Coupé, Volvo su C70, Opel su Astra Coupé, Mercedes su CLK… así que la marca americana decidió renovar su Probe con un producto que estaba basado en el Ford Mondeo y que empleaba el lenguaje de diseño «New Edge». Por eso su estética se parece tanto a la del primer Focus o a la del propio Mondeo.

Las formas redondeadas eran predominantes, especialmente en un frontal donde tanto los faros como las entradas de aire tenían líneas curvadas y muy estilizadas. Su lateral también era bastante limpio en cuanto a diseño -el pilar B era muy discreto-, y su caída de techo daba lugar a una parte trasera donde evidentemente también había formas redondas, pero en la cual destacaban especialmente unos faros de forma triangular y proporciones muy generosas.

Ford Cougar

Como era un modelo que se vendía también en Estados Unidos, las unidades destinadas al mercado americano se fabricaban al otro lado del charco, mientras que las que iban destinadas a Euopa realizaban una primera fase de su fabricación en América y una segunda en Europa, con los cambios necesarios para venderse en los países de dicho continente.

Interior y motores del Ford Cougar

Visto por fuera, veamos cómo era el Ford Cougar por dentro. Antes de nada, un pequeño inciso: mira el volante, ves que no tiene el logo de Ford, ¿no? De hecho, ese logo es el de un puma… o un cougar, como dirían los ingleses.

Ford Cougar

Bien, el interior del Ford Cougar era el típico de un coupé de la época, con un diseño sencillo pero enfocado hacia el conductor y un equipamiento bastante completo, que incluía elementos como los airbags, sistemas como el ABS o el control de tracción, el aire acondicionado, los faros antiniebla o el ordenador de a bordo.

También contaba con asientos delanteros deportivos. Y recalco lo de delanteros porque si bien es cierto que conductor y copiloto disfrutaban de unos asientos cómodos y espaciosos, en la segunda fila los dos asientos extra no eran válidos para personas muy altas ni eran los más cómodos del segmento. Al menos su maletero era de 410 litros.

Ford Cougar

Si nos fijamos en su gama de motores del Ford Cougar, se podía elegir entre dos propulsores distintos, pero ambos de gasolina. El primero era un bloque 2.0 Zetec que desarrollaba una potencia de 131 CV y un par de 178 Nm, cifras algo escasas para un coche de ese tamaño y concepción algo deportiva. En cambio el segundo se adaptaba mucho mejor al Ford Cougar, ya que era el bloque 2.5 V6 Duratec de 170 CV y 220 Nm de par. En ambos casos la tracción era delantera y el cambio manual, aunque opcionalmente se podía equipar el cambio automático.

Era un buen coche, pero no acabó de convencer a nadie

El caso del Ford Cougar es uno de esos ejemplos en los que no acabas de entender por qué no funcionó en el mercado, pero las cifras no mienten. Su diseño era discreto pero atractivo -como la mayoría de coupés de la época-, su interior cumplía bien el expediente y tenía un motor V6 gasolina bastante interesante.

Ford Cougar

Además, su precio era notablemente inferior al de sus rivales más directos de marcas como Peugeot o Toyota, y muy inferior si lo comparamos con modelos de Mercedes o Volvo. Sea como sea, no terminó de convencer al público y tras 3 años en el mercado fue eliminado de la oferta del Reino Unido. Poco después, en 2002, cesó su comercialización definitivamente en Europa tras haber vendido tan solo 12.000 unidades. Pero ojo, porque algo tenía este modelo que ni siquiera triunfó en Estados Unidos, donde también dejó de venderse en 2002.

Una lástima… pero su escaso éxito ha facilitado que las poquísimas unidades que hay a la venta en el mercado de segunda mano tengan un precio aproximado de 2.500 euros. No será el modelo más bonito ni el mejor coupé de la época, pero por un precio muy bajo nos permitirá lucir uno de los grandes olvidados de nuestro mercado.

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