Es curioso, pero a pesar de que BMW es una marca de vehículos premium, a lo largo de la historia ha fabricado autenticas obras de arte para coleccionistas. Algunos modelos como el 2002, uno de los mejores BMW de la historia, el M3 E30 o el BMW Z3 M del que os hablaré. Tienen un gran grupo de aficionados detrás que pagarían mucho dinero para hacerse con uno de ellos en perfectas condiciones.
En el 1998 nació otra pieza de coleccionista algo más peculiar y muy rara de ver por la calle. A mi personalmente me flipa el concepto. Os hablo del BMW Z3 Coupé, el cual se fabricó entre 1998 y 2002. Fue diseñado bajo la autoridad de un ingeniero de renombre llamado Burkhard Göschel.
Cuando miro el BMW Z3 M Roadster veo un coche descapotable, muy apetecible y mucho más lógico que el Coupé. Este tiene una carrocería algo peculiar y realmente eso es lo que lo hace especial. Además, es muy exclusivo. La intención en este vehículo era principalmente agregar mucha más rigidez torsional y estructural que la que tenia su versión Roadster.
Creo que este modelo no tiene punto intermedio. O te gusta mucho, o lo odias. Incluso el equipo de desarrollo tuvo problemas con la junta directiva en esa época para tirar adelante con el proyecto, pero finalmente lo aceptaron.
Lógicamente, dieron luz verde porque les salían las cuentas para que el proyecto fuera rentable. Para lograr este objetivo, la mayoría de paneles de la carrocería tuvieron que compartirse con el Roadster M, de ahí su enorme parecido. Lo mismo pasa con el interior.
Al principio no tiró mucho el invento, pues como os digo es un concepto raro. Las ventas fueron lentas ya que no generó mucho interés entre los entusiastas. Pero más adelante como resultado de su relativa rareza, fueron aumentando de valor. Especialmente los que tenían el motor S54 (unidad de la foto), que eran los más cotizados. Poder ir con uno de estos te asegura que casi al 100% que no te cruces nunca con uno igual que el tuyo, ya que solo se produjeron 1112 unidades.
Al pobre se le atribuyeron algunos apodos como “coche fúnebre” o “zapato de payaso”, pero al final acabó demostrando que era un coche especial y con mucho carácter. Monta el motor S54 del M3 E46, que no es moco de pavo. Produce 321 CV de potencia a las 7.400 rpm y 354 Nm de par. Os aseguro que podréis disfrutar mucho de la conducción y pintarle la cara a más de uno que os diga que estáis conduciendo un zapato.
Soy un gran apasionado y quemado del motor desde que nací, ¡como vosotros vaya!