Las averías más comunes del Opel Corsa dan para un buen artículo. Y no es que sea un coche con un historial de problemas muy amplio, todo lo contrario. Lo que ocurre es que es un coche muy longevo. Llegó al mercado en 1982 y ya va por la sexta generación. Por lo tanto, tras tantas unidades vendidas no resulta excesivamente difícil crear una lista con los problemas más comunes. Incluso en la última generación, la de nuestra prueba del Opel Corsa GS Line 130 CV.
Desde la llegada al mercado del pequeño alemán, los rivales del Opel Corsa siempre lo han tenido difícil para ponerse a su altura. Con una estética muy acertada en cada una de sus generaciones, siempre ha sido uno de los favoritos del público. Sus versiones más deportivas siempre han sido verdaderos juguetes para los que amamos estos conceptos. Si te gusta el Opel Corsa, bien por que lo tengas o por que quieras tenerlo, sigue leyendo porque te voy a contar las averías más comunes del Opel Corsa.
Averías más comunes del Opel Corsa
- Variedad en el Opel Corsa A
- En la segunda generación los problemas están bajo el capó
- La dichosa marcha atrás del Opel Corsa C
- Alternadores y válvulas EGR en la cuarta generación
- Cuidado con los incendios del Opel Corsa E
- El Opel Corsa F sin dirección asistida
Para todos los gustos en el Opel Corsa A
La primera generación inaugura la lista de las averías más comunes del Opel Corsa. Este pequeño utilitario padecía de problemas de corrosión. La lista no se queda solo ahí, gracias a sus años de historia podemos añadir problemas como fugas en la tapa de balancines, zapatas de frenos traseros que se quedan enganchadas, tendencia al sobrecalentamiento o la rotura de las grapas de los focos delanteros que provocaban que estos se cayeran. En definitiva, una lista larga como su vida.
Todos los problemas del Corsa B estaban a techo
El Opel Corsa B tenia todas sus averías localizadas bajo el capó. La primera tenia que ver con la bomba del agua. Esta perdía líquido refrigerante por la izquierda del bloque. Si notabas golpes en el acelerador y la luz de avería eléctrica se encendía tal vez estabas ante un problema de la válvula EGR. Además, esta generación del utilitario alemán también tenía fallos en el sensor del cigüeñal que provocaba que el coche se apagara y problemas en el marcador de velocidad derivados de un fallo en la correa del alternador.
La marcha atrás poco fina del Opel Corsa C
Si hay que elegir una de las averías comunes del Opel Corsa C es la de la marcha atrás. Prácticamente la totalidad de las unidades vendidas sufrían de una marcha atrás que rascaba más de la mitad de las veces que la usabas. Algo incómodo a lo que hay que unir otros problemas como los detectados en la sonda Lambda que provocaban que arrancara mal y el motor fuera inestable. Por último, hay que señalar que bastantes unidades tuvieron que cambiar la cremallera de la dirección. Todo hace indicar que no era muy resistente.
El Opel Corsa D y su alternador
La cuarta generación del Opel Corsa centró la mayoría de sus problemas en el alternador. Y es que parecía que estos estuvieran programados para acabar su vida entre los 100.000 y 120.000 kilómetros. El grueso de las unidades se quedaron ‘tiradas’ en esos kilómetros. Además, su válvula EGR tenía tendencia a acumular carbonilla y quedar inutilizada. Parece mentira que un coche que tiene a la ciudad como hábitat se estropee por circular a bajas velocidades y revoluciones.
Con el extintor a mano en el Opel Corsa E
El Opel Corsa E fue llamado a revisión por un problema mayúsculo. Según la marca, un fallo en el cableado del calentador que podría estar mal montado provocaría un incendio en el cuadro de instrumentos cuando el conductor arrancara el vehículo. Posiblemente estemos ante la más peligrosa de las averías comunes del Opel Corsa.
Sin dirección asistida en el Opel Corsa F
La Dirección General de Consumo alertó de este fallo en el Opel Corsa F. Este fallo consiste en el posible bloqueo o perdida total de la dirección asistida en este modelo. Esto sucede especialmente en unidades con más de 20.000 kilómetros.
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Siendo niño devoraba las revistas de coches que mi padre compraba cada semana. No podía imaginar que con los años tendría la oportunidad y el privilegio de escribir sobre ellos. Profesionalmente he cogido muchas curvas que he trazado de forma firme, asumiendo riesgos que me han llevado a metas insospechadas. ¿Quién dijo miedo?