Hoy traemos las averías más comunes del Ford Focus. El compacto de la marca del óvalo llegó al mercado en 1998 y hasta el día de hoy ya va por la cuarta generación. Se ha convertido en uno de los modelos más vendidos del sector gracias a su fiabilidad y otras cosas como su magnífico chasis. Pero a pesar de ello, como cualquier vehículo fabricado en grandes cantidades, el modelo americano ha acumulado una serie de fallos que en HolyCars creemos que te interesaría saber.
Su irrupción en el mercado marcó un antes y un después en la marca gracias al atrevido diseño tanto interior como exterior. El tiempo no ha hecho más que confirmarlo como uno de los vehículos preferidos por el público. Tanto es así que incluso entre los compradores de vehículos de ocasión también ocupa un lugar preferencial. Si tienes uno o en tu mente está tenerlo, tal vez te interese seguir leyendo porque te voy a mostrar la lista de las averías más comunes del Ford Focus.
Averías comunes del Ford Focus
- Múltiples fallos en el Ford Focus MK1
- La segunda generación era propensa a la corrosión
- El embrague el humo blanco en su versión más radical en el MK3
- La cuarta generación y los problemas en los híbridos
La primera generación y su extensa lista
Empezamos con la lista de las averías más comunes del Ford Focus con la primera generación. Nacido en 1998 acumuló una extensa lista de fallos. Cables en mal estado de la dirección asistida provocaban el bloqueo del motor en torno a las 1800 rpm. Otro de los problemas tenía que ver con un contactor del embrague que provocaba sacudidas entre las 1500 rpm y las 2000 rpm.
A todo esto había que añadir fallos en el cierre centralizado o el sistema de arranque en el que el sistema de bloqueo se activaba impidiendo girar la llave. Pero todo esto no era nada en comparación con su problema más grave. En vehículos de entre 130000 y 190000 kilómetros había un desgaste de válvulas que provocaba su rotura, lo que se traduce en lo que coloquialmente se denomina «gripar» el motor.
El MK2 no se llevaba bien con la sal de las carreteras
La segunda generación del Ford Focus padeció mucha corrosión. Especialmente en modelos residentes en zonas donde a causa de la heladas se utiliza sal en las carreteras. Esta sal provocaba acumulación de corrosión que podía llegar a los circuitos. Esto se sobrecalentaban y podían llegar a incendiarse. Este problema se daba en modelos diésel y gasolina. Estos últimos con transmisión automática.
Otro problema que padecieron muchos de los dueños de la segunda generación tenía que ver con el sistema eléctrico. Más concretamente con el alternador. Esta pieza se estropeaba con facilidad, lo que provocaba que el vehículo se quedara inutilizado. Lo peor era que sucedía en cualquier momento, por lo que era imprevisible. Ford cubrió la sustitución en garantía.
El embrague se quedaba abajo en la tercera generación
Si eres el afortunado dueño de un Ford Focus RS de tercera generación te interesa esta información. El motor EcoBoost de 2.3 litros y 350 CV desprende humo blanco por el tubo de escape. La marca lo achaca a un consumo de refrigerante y un fallo de estanqueidad del bloque motor y la culata. En Ford trabajan para solucionar este problema que no sufre el Ford Mustang con el mismo motor.
El Ford Focus MK3 tenía un grave problema con el embrague. Un fallo en el sistema hidráulico, más concretamente en la placa de presión que provocaba que el pedal se quedara en el fondo. Este problema sucedía en cualquier momento y era un auténtico peligro, ya que podía provocar un accidente si el conductor no reaccionaba con tranquilidad para detener el vehículo.
Al grave fallo del pedal de embrague hay que añadir fallos en el software del tren motriz que se asociaban a problemas con el depósito de combustible. Son pocos los problemas que da esta generación del Ford Focus, pero la gravedad de los mismos hace que sean más que suficientes. Si te interesa este modelo debes tener en cuenta estos fallos.
El Ford Focus MK4 y la batería de hibridación ligera
Si tu modelo es de hibridación ligera tal vez debas saber que la tuerca que sujeta el terminal de la batería del sistema híbrido no está bien apretada. Esto puede ocasionar un fallo de la conexión eléctrica que derivaría en una perdida de la función híbrida, un sobrecalentamiento y una mayor probabilidad de sufrir un incendio en nuestro Ford Focus de cuarta generación.
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Siendo niño devoraba las revistas de coches que mi padre compraba cada semana. No podía imaginar que con los años tendría la oportunidad y el privilegio de escribir sobre ellos. Profesionalmente he cogido muchas curvas que he trazado de forma firme, asumiendo riesgos que me han llevado a metas insospechadas. ¿Quién dijo miedo?