Buscando averías comunes del BMW Serie 1 nos encontramos con que el pequeño alemán no presenta muchas, ya que es un vehículo de lo más fiable (no como pasa con las averías comunes del BMW Serie 3), pero existe una que vale por todas. El pequeño de la gama BMW nació en 2004 y desde entonces se ha convertido en el modelo de acceso de BMW. Amado por jóvenes y por no tan jóvenes ya que a su tamaño reducido añade equipamiento, detalles y comportamiento de lo más premium.
Desde su llegada al mercado ya son tres las generaciones del BMW Serie 1. Su aspecto innegablemente deportivo y su comportamiento dinámico hacen de este coche un claro candidato a ser el mejor compacto premium del mercado. Si a ti también te gusta y tienes la suerte de tener uno o estas valorando seriamente la posibilidad de adquirirlo, ya sea nuevo o usado, te interesa seguir leyendo porque te voy a hablar de las averías comunes del BMW Serie 1.
Averías comunes del BMW Serie 1
- El desconocido Damper
- Desgaste irregular
- Desgaste caña de dirección
- Fugas de líquido en amortiguadores
- La gran avería en los motores N47
- Testigo temperatura del motor
Problemas con el Damper
La primera de las averías comunes del BMW Serie 1 tiene que ver con el Damper. ¿Qué es el Damper? Es una polea situada en el extremo del cigüeñal y lo correcto sería llamarla como tal. Polea del cigüeñal. Su misión es la de amortiguar las vibraciones provocadas por las explosiones que mueven los pistones. En el BMW Serie 1 esta pieza se daña con bastante facilidad, lo que provoca un bajo confort de marcha debido a las vibraciones y los sonidos trasladados al interior. Una avería cara a causa de las horas que lleva llegar hasta él.
Desgaste irregular
El BMW Serie 1 tiene un problema que trae de cabeza a muchos de sus propietarios. Este tiene que ver con el desgaste irregular de los neumáticos del eje delantero. El neumático más afectado suele ser el izquierdo. Las consecuencias de esto son altas vibraciones en el volante del vehículo y una gran tendencia a irse hacia la izquierda. Además es algo costoso ya que los neumáticos run-flat que equipa el Serie 1 no son nada baratos.
Desgaste caña de la dirección
A lo largo de la vida de este modelo han sido bastantes los propietarios que han reportado la que es la tercera de las averías más comunes del BMW Serie 1. En muchas unidades el desgaste de la caña o rótula de la dirección ha sido excesivo. Esto provoca vibraciones en el volante y una pequeña oscilación en el ángulo de giro del volante. Algo muy incómodo por lo que hay que pasar por caja y ya sabemos como se las gasta BMW en el apartado de reparaciones.
Fugas de líquido en los amortiguadores
La amortiguación del BMW Serie 1 siempre se ha caracterizado por ser firme. Si tu coche rebota en exceso ante las irregularidades de la carretera, tal vez tengas este problema. Y es que los amortiguadores de BMW Serie 1 cuando empiezan a llegar al fin de su vida útil tienen fugas de líquido. Este es el síntoma visual. Así que si notas un comportamiento extraño échale un ojo a los amortiguadores y si ves que pierden líquido no hay duda. Hay que cambiarlos aunque te parezca que tienen poco tiempo.
Cadena de distribución en los motores N47
Esta que nos ocupa es la madre de las averías comunes del BMW Serie 1. Y es que las unidades equipadas con este motor, concretamente las fabricadas antes de 2011, sufrían este carísimo problema. Este consistía en el defecto del mecanizado de algunas piezas que provocaban un fallo prematuro. Este problema consiste en que los tensores de la cadena permiten una holgura excesiva que provoca la rotura de la misma.
En principio las cadenas de distribución no tienen ningún mantenimiento, pero en este caso miles de unidades salieron a la venta con este fallo. En los casos en los que la cadena llegó a partirse las facturas llegaron hasta los 9.000 euros. Si tu coche sufre este problema y no has hecho los mantenimientos en concesionario oficial, probablemente la marca alemana se lave las manos.
Testigo temperatura del motor
En algunos casos, propietarios informaron de un problema que tenía que ver con este testigo. El coche informaba que la temperatura del vehículo era excesiva y que había que aminorar la marcha. En algunos casos ordenaba la parada del mismo. Esto sucedía incluso con el coche recién arrancado y la causa era un sensor de temperatura que había que cambiar. El coste era de 90 euros.
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Siendo niño devoraba las revistas de coches que mi padre compraba cada semana. No podía imaginar que con los años tendría la oportunidad y el privilegio de escribir sobre ellos. Profesionalmente he cogido muchas curvas que he trazado de forma firme, asumiendo riesgos que me han llevado a metas insospechadas. ¿Quién dijo miedo?